Recientemente, la Administración de Drogas y Alimentos de los EE. UU. (FDA) aprobó un medicamento que representaría el primer enfoque diferente para tratar la osteoporosis en los últimos 20 años, al restaurar los huesos en lugar de simplemente detener la pérdida de su densidad ósea.
Esto es romesozumab (evento es su nombre comercial), traído al mercado por AMGEN Laboratories y curiosamente evolucionó de un aprender de pacientes en Sudáfrica con una condición ósea inusual: una mutación en un gen que les hizo tener huesos grandes y densos, haciéndolos altos y pesados pero no obesos, y nunca rompiéndose un hueso en su vida.
Al analizar este gen, los investigadores pudieron comprender cómo el cuerpo controla la formación de hueso y desarrollaron este nuevo fármaco inyectable.
Se estima que alrededor de 200 millones de personas en el mundo sufren de fragilidad ósea y la Organización Mundial de la Salud calcula que una de cada tres mujeres y uno de cada cinco hombres sufrirán una fractura por osteoporosis.
De ahí la importancia de este avance médico que restaura el hueso sin causar rotura tisular, que está aprobado para mujeres posmenopáusicas con alto riesgo de fracturas, excluyendo a las mujeres que han sufrido recientemente un infarto o un ictus.
En 2017, la FDA rechazó el medicamento porque «el estudio observó un desequilibrio en los eventos adversos cardiovasculares graves», aunque una prueba que involucró a 4093 mujeres posmenopáusicas con osteoporosis y fracturas previas mostró una reducción del 50 por ciento en el riesgo relativo de una nueva fractura vertebral. y fracturas no vertebrales en un 19 por ciento.
Según Richard Bockman, director del Servicio de Endocrinología del Hospital for Special Surgery de Nueva York, es un fármaco de gran importancia porque «realmente estimula la formación de hueso a través de la biología subyacente del hueso».
En su sitio web, el fármaco ofrece una rápida formación de hueso nuevo y un riesgo reducido de fracturas de columna en 12 meses.
