¿Eres de esas personas que se molestan incluso cuando una mosca pasa volando cerca? ¡Buenas noticias! Eso indica que posees una mayor inteligencia. No solo eso, también hay otras ventajas de estar siempre de mal humor: tienes una mayor capacidad para resolver problemas basándote en tu propio criterio, ya que al estar de mal ánimo puedes analizar las situaciones de forma más racional. Además, eres de los que no creen en los mitos urbanos y evitas prejuicios.
Estos hallazgos fueron revelados por Joseph Forgas, profesor de psicología y experto en emociones de la Universidad de Nueva Gales del Sur, Australia. El estudio consistió en una serie de experimentos donde se manipularon los estados de ánimo de los participantes utilizando películas y recuerdos, ya sean positivos o negativos.
Los resultados mostraron que el mal humor ayuda a pensar con mayor claridad, mientras que ser demasiado positivo o optimista tiene el efecto contrario; pues las personas felices tienden a ver todo de manera más superficial y no suelen ser precavidas, lo que puede perjudicar su capacidad para analizar y comprender la realidad.
El estudio de Forgas se centra en el impacto que el mal humor tiene en la memoria. Al examinar cómo el estado de ánimo puede influir en la vida cotidiana, se descubrió que un factor contribuyente al mal humor es el clima: la gente tiende a sentirse mejor en días soleados.
A través de su investigación, Forgas demostró que las personas de mal humor exhiben una mejor capacidad cognitiva y de memoria. Afirmó que quienes tienen una perspectiva negativa poseen una memoria superior y son menos susceptibles a la manipulación en comparación con las personas optimistas, y que un estado de ánimo negativo permite prestar más atención al entorno y facilita un procesamiento más profundo de la información.
Por si fuera poco, las personas enojonas son más capaces de argumentar y tienen un mejor juicio que los optimistas, quienes son más aptos para crear, imaginar y cooperar. También destacó que el mal humor favorece una atención más aguda y un pensamiento más cauteloso.
Así que no te sientas mal por estar enojada todo el tiempo; recuerda que es preferible llevar la vida con ligereza, aunque haya razones suficientes para estar de mal genio.
