En los últimos años, ha surgido un intenso debate sobre la elegibilidad de las personas transgénero para participar en competencias deportivas según el género con el que se identifiquen. Particularmente, en el caso de los hombres que han transitado a mujeres, se argumenta que podrían tener una ventaja biológica.
No obstante, lograr una inclusión plena y garantizar que todos se sientan en igualdad de condiciones resulta complicado. Para muchos, la propuesta de crear una categoría específica para personas transgénero podría parecer una solución, pero esto en realidad podría marginar, en lugar de incluir.
La polémica se hizo notable durante los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, cuando algunas competidoras expresaron su deseo de que no se permitiera a mujeres trans participar en su categoría, argumentando que no era una competencia justa para ellas.
A pesar de esto, desde 2003, el Comité Olímpico Internacional (COI) tiene una normativa establecida que detalla las condiciones que deben cumplir las mujeres trans para garantizar una competencia justa y libre de discriminación para todas las personas involucradas.
Las normativas tienen como objetivo evitar que cualquier persona sufra discriminación o pase por momentos incómodos, tal y como ocurrió con Jhoana Trujillo, una atleta transgénero que recientemente compitió y ganó un maratón de 5 km en la Universidad de los Andes (ULA) en Venezuela en la categoría femenina.
A pesar de que fue la primera en cruzar la línea de meta, los organizadores del evento le negaron la premiación al no considerarla mujer biológica. Esta decisión se tomó tras quejas de otras competidoras, que argumentaron que Jhoana tenía una ventaja biológica debido a su pasado como hombre.
El director de la carrera fue entrevistado para ofrecer su perspectiva sobre las decisiones tomadas, explicando que Jhoana fue clasificada en una categoría transgénero y, por lo tanto, no podía recibir un premio femenino. Sin embargo, aclaró que se le otorgó un reconocimiento especial.
Jhoana, por su parte, expresó que no sólo fue doloroso no recibir el premio, sino que se sintió menospreciada ya que el director se refirió a ella de manera despectiva, a pesar de ser un ser humano como cualquier otro. A pesar de que ha participado en cinco maratones anteriormente, ganando algunos, nunca había enfrentado problemas relacionados con su género.
El profesor, una persona mayor, le preguntó frente a todos: ‘¿Cómo se le llama a esto?’. Jhoana señaló que ella es humana y añadió que sus condiciones son motivo de admiración, puesto que no cualquiera tiene la valentía de asumir su identidad.
Lamentablemente, nada de lo que Jhoana argumentó fue suficiente para que se le reconociera en la categoría femenina, donde verdaderamente se siente identificada. Además, afirmó que no tiene sentido permitirle participar si al final no se le reconoce como posible ganadora. En todo caso, deberían informarle o simplemente no permitirle competir si no cumple con los requisitos establecidos.
Este incidente atrajo la atención de organizaciones defensoras de los derechos de la comunidad LGBTIQ+, que condenaron el acto de discriminación hacia la atleta. No obstante, es cierto que muchos usuarios en redes sociales apoyaron la decisión de los organizadores.
Esperamos que este caso sirva para que las autoridades deportivas uniformen las reglas a nivel mundial, evitando así incidentes vergonzosos que atenten contra la integridad de las atletas y de las organizaciones involucradas.