Los medios de comunicación y la publicidad son los responsables de la existencia de estereotipos. Un ejemplo de esto son aquellos que afirman que para ser “atractiva” para un hombre, una mujer debe tener un cuerpo atlético, una figura curvilínea o un rostro hermoso.
Pero uno investigar realizado por la Universidad de St. Andrews en Escocia, refleja una realidad diferente: los hombres las prefieren a las mujeres regordetas.
El estudio, publicado en la revista Ethology y dirigido por David Perrett, encontró que los hombres que sufren altos niveles de estrés encuentran más atractivas a las mujeres gorditas.
En el experimento se incrementaron los niveles de estrés en cadetes de 18 a 26 años, quienes ante diversas imágenes de mujeres preferían los rostros de niñas con algunos kilos de más, creyendo que “son más capaces de sobrevivir en tiempos difíciles”, que hambre o guerra.
Parece que las mujeres más gordas se vuelven más atractivas cuando las cosas se ponen difíciles.
En 2011, la revista Village Voice anunció sabe que un hombre se declaró admirador de Gorditas. Su nombre es Dan Weiss y dijo: «Las mujeres de talla grande no son más fáciles de excitar que otras mujeres, y los hombres que salen con ellas no tienen baja autoestima».
Por su parte, el psicoterapeuta Ken Page refleja en su libro Deeper Dating: How to Drop the Games of Seduction and Discover the Power of Intimacy que la atracción no se trata tanto de la apariencia como de los rasgos de personalidad:
Somos víctimas de la desinformación. Si crees que no atraerás a la gente debido a cierta forma o peso, estás equivocado.
