Las relaciones tóxicas pueden manifestarse de diversas formas y en distintos contextos; pueden ocurrir entre amigos, parejas o miembros de la familia. Aunque nos han enseñado desde pequeñas que los lazos familiares son indestructibles, a veces las personas más perjudiciales son aquellas que están más cerca de nosotros y a quienes más amamos.
No está mal apartarse de ciertos familiares para cuidar tu estabilidad y seguridad, ya que un familiar puede ser más perjudicial que un amigo o conocido.
Identifica a tu familiar tóxico
Es fundamental que prestes atención a las señales que indican la presencia de negatividad, y aunque no será fácil distanciarte, reconocerlas será el primer paso hacia una mejor salud mental.
Resulta sencillo identificar cuándo alguien te lleva a una montaña rusa emocional, ya que provoca una serie de sentimientos dolorosos como confusión, obligación, traición, ira y culpa. Si detectas que alguien ejerce violencia, ya sea física o emocional, es el momento de distanciarte sin sentir culpa. Las heridas no sanan si permaneces cerca de tus depredadores emocionales, incluso si son parte de tu familia.
Difícil, pero no imposible
Salir de una familia tóxica no es sencillo, ya que, de manera inconsciente, adoptas muchos de sus patrones y actitudes hacia la vida, pero siempre es posible establecer una distancia emocional.
Despedida a la culpa
Si has decidido romper un vínculo, no te sientas mal; lo haces por tu bienestar y no hay nada más importante que cuidar de tu propia salud.
Cualquier pérdida necesita ser reconocida, enfrenta el dolor sin ocultarlo y, lo más importante: aprende a perdonar. El comportamiento de los demás no es tu responsabilidad, así que no te sientas culpable al distanciarte de quienes no contribuyen con amor a tu vida.