Hay un fenómeno intrigante en el que el hijo de una pareja puede no asemejarse a ninguno de sus padres, sino al exnovio de la madre. Este misterio del cuerpo humano se denomina telegonía y cuenta con una explicación científica.
Según esta teoría, la descendencia de una pareja puede heredar características físicas de otro macho, casi como si este fuera el padre biológico, ya que las mujeres tienen la capacidad de almacenar el material genético del semen de parejas anteriores. Aunque Aristóteles ya había explorado esta idea, fue el biólogo alemán August Weismann quien le dio el nombre en el siglo XIX. Sin embargo, esta teoría fue tan controvertida que pronto fue rechazada.
En 2014, científicos australianos de la Universidad de Sidney intentaron validar esta hipótesis a través de un experimento con moscas de fruta. Cruzaron insectos inmaduros con machos de diferentes tamaños, y una vez que las hembras estuvieron listas para reproducirse, las cruzaron de nuevo con otro macho. Descubrieron que, aunque el segundo macho era el que engendraba a la descendencia, el tamaño de las larvas dependía de la primera pareja de la hembra.
Esto se explica porque el cuerpo femenino puede almacenar el material genético del esperma, y si no se produce un embarazo, el ADN es absorbido para aumentar las posibilidades de mejores combinaciones genéticas en futuras gestaciones. Además, la investigación sugirió que el ADN puede dejar rastros en el organismo femenino durante muchos años, lo que podría llevar a que, sin importar los rasgos físicos de la pareja actual, los hijos no se asemejen a él.
