Carlos Monroy Sampieri es un joven biólogo, egresado de la Universidad Veracruzana, creador de un mecanismo que purifica el aire y reduce la contaminación a través de microalgas marinas que convierten el dióxido de carbono en oxígeno. Algunos modelos de BioUrban montados en forma de torre son capaces de filtrar el aire como 360 árboles.
Según el sitio web oficial de BiomiTechEn la empresa cofundada por el especialista, el desafío que ha motivado el desarrollo del dispositivo es contribuir a la mejora de la calidad del aire en espacios abiertos y cerrados y diversos sectores industriales, ya que la contaminación causa siete millones de muertes al año, anunció la Organización Mundial de la Salud.
Con esta premisa nace el sistema de biofiltración de contaminantes atmosféricos a base de microalgas, con el que BiomiTech revoluciona la tecnología, pero al mismo tiempo fortalece la conexión con la naturaleza para reducir los niveles de contaminación.
Según Monroy Sampieri, su objetivo de combatir la contaminación del aire lo llevó a fabricar un accesorio para escapes de automóviles, pero hoy su empresa ofrece torres para interiores de dos metros de altura y torres para exteriores de cuatro metros de altura. Este último para filtrar el aire que consumirán en un día 2.890 personas.
La tecnología desarrollada por el mexicano y su equipo se basa en un principio biológico, es decir, utiliza organismos vivos: las microalgas, que son capaces de capturar y filtrar los contaminantes atmosféricos a través de la fotosíntesis.
Los creadores de esta tecnología han sido reconocidos a nivel mundial: en 2018 ganaron dos premios en Londres, Inglaterra, el Latam Edge -que les permitió apoyo de inversión para escalar su proyecto- y el Premio a la Innovación en Contamination Expo. En México, también ganaron el Heineken Green Challenge el año pasado.
Hasta el momento han levantado torres en Puebla, México, en las afueras del complejo cultural Benemérita Universidad Autónoma de Puebla; en Monterrey (México) a través de la asociación Más Oxígeno; en Londres (Inglaterra) en espera de certificación; en Turquía aún otros; En la Universidad de Medellín, Colombia, y recientemente en Panamá, se ha colocado el primero de 20 que los ciudadanos han ganado con sus fondos.
Pero no solo se beneficia la calidad del aire con el sistema BioUrban, también se contribuye a la captación de energía solar, que se alimenta a la red de la Comisión Federal de Electricidad y permite a las personas cargar la batería de sus dispositivos en los anexos de la torre; y por si fuera poco, las algas que convierten el dióxido de carbono en oxígeno emiten biomasa que se puede utilizar para hacer biocombustible o como compost.