La expresión “al que madruga Dios lo ayuda” es cosa del pasado, ya que recientes investigaciones demuestran que las personas que duermen más adquieren conocimientos de manera más fácil.
Para aquellas que necesitamos cinco minutos adicionales por las mañanas o que aprovechamos cualquier oportunidad para tomar una pequeña siesta, el esfuerzo de dormir más que los demás puede traducirse en un aumento de conocimientos.
Aparentemente, el secreto para aprender algo nuevo es bastante sencillo: dormir. Podrías pensar que todos estarían felices de implementar este método, pero la realidad es que uno de cada tres adultos enfrenta problemas de insomnio.
Según un estudio reciente publicado en Psychological Science, dormir es un hábito que favorece la retención de información a largo plazo. En este estudio, participaron 40 individuos que se dividieron en dos grupos; el desafío era aprender y practicar un idioma extranjero.
Un grupo tuvo que aprender un nuevo vocabulario durante el día y también nocturnamente.
El otro grupo recibió instrucciones para aprender ese vocabulario por la noche, dormir temprano y luego repasar lo aprendido a la mañana siguiente.
Después de una semana, los participantes fueron sometidos a evaluación, repitieron la revisión a la semana siguiente y nuevamente a los seis meses.
Los investigadores descubrieron que dormir entre las sesiones de aprendizaje “reduce a la mitad el tiempo de práctica, y además, aumenta la retención de los nuevos conocimientos a largo plazo.”
Así que la próxima vez que tengas que dar una presentación o trabajar en un proyecto, recuerda que dormir bien es más eficaz que quedarte despierto hasta tarde estudiando.
Las “bellas durmientes” ahora cuentan con un nuevo motivo para quedarse en la cama: aprender más y mejor.