lunes, abril 28, 2025

Callos en las plantas de los pies, las suelas naturales de los zapatos

Si eres de esas personas a las que les gusta andar descalzas sobre todo en esta época estival pero te preocupa la aparición de las antiestéticas callosidades, debes saber que, por lo que aprender Recientemente, los callos son un mecanismo de protección del cuerpo para las plantas de los pies cuando se camina habitualmente descalzo.

Investigadores de las universidades de Harvard (EE. UU.) y Chemnitz (Alemania) descubrieron durante su proyecto que, a diferencia de los zapatos, los callos no reducen la sensibilidad ni modifican las fuerzas que los pies transmiten a las articulaciones al caminar, lo que aún afecta al esqueleto humano.

Pies de una mujer descalza en la plaza con pintura rosa en las uñas

También observaron que el grosor de los callos no reduce la protección que brindan al pie; Por el contrario, los callos gruesos se desarrollan naturalmente en las personas que caminan descalzas para brindar protección en superficies incómodas o resbaladizas.

Como explicó Thomas L. Milani, experto en el estudio, el objetivo del estudio no era encontrar aplicaciones en zapatos o plantas de los pies, sino conocer realmente cómo evolucionaba nuestro cuerpo.

Piernas de una mujer caminando por un arroyo con piedras

Los zapatos más antiguos registrados datan de hace unos 8.000 años, aunque hay evidencia de que las sandalias y los mocasines existieron miles de años antes, recuerdan los expertos. Sin embargo, los zapatos acolchados son más recientes y solo tienen unos 300 años.

Según Milani, profesor de locomoción humana en la Universidad de Chemnitz, se sabe que los receptores sensoriales en el pie detectan diferencias en la superficie del suelo y transmiten señales al cerebro, lo que ayuda al caminante descalzo a mantener el equilibrio, fortalecer los músculos y crear neuronas más fuertes. conexiones entre los pies y el cerebro.

Por tanto, la retroalimentación que recibimos del suelo al caminar mejora nuestra propiocepción, o conciencia del cuerpo en el espacio, por lo que se suele recomendar a los niños que caminen descalzos sobre la hierba mojada como terapia para estimular los aferentes; Es un ejercicio que fortalece el desarrollo, concluyó la investigadora.

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