Se ha discutido extensamente sobre los beneficios que ciertas bebidas pueden aportar al metabolismo. Si además de ello, pueden ayudarnos con la dieta y, aún mejor, conservar ese delicioso sabor que se siente desde el olfato hasta la piel, entonces no podemos pedir más.
Es probable que ya hayas oído en más de una ocasión que el consumo moderado de vino puede ofrecer varias ventajas, que van desde relajar a una persona después de un día estresante, mejorar la digestión, hasta ayudar a combatir enfermedades cardíacas o incrementar los niveles de lipoproteínas (colesterol bueno) en la sangre.
Si todos estos beneficios no fueran suficientes, hay algo nuevo que agregar a la lista de ventajas que el vino puede ofrecer en nuestras vidas. Tomen nota, chicas: según un estudio realizado por la Universidad Estatal de Washington, el vino y la pérdida de peso están relacionados.
A través de un compuesto llamado resveratrol, presente específicamente en el vino tinto, la grasa blanca se transforma en grasa beige, que, según los expertos, es mucho más fácil de quemar. Por lo tanto, se sugiere disfrutar de una copa entre las 6 y 9 de la noche.
El profesor Min Du, responsable del estudio, también señala que todas las bebidas alcohólicas pueden provocar reacciones desfavorables en el organismo. Por ello, se recomienda consumir frutas que son fuentes naturales de resveratrol, como las uvas, las fresas o los arándanos (aunque personalmente, prefiero una copita de vino).
Recuerda que el vino es una bebida alcohólica obtenida de la fermentación del jugo de uva y, dependiendo de su tiempo de envejecimiento, puede clasificarse como joven, de crianza o de grandes reservas.
Además, se ha mencionado que el vino es útil para el control de infecciones urinarias, aporta minerales y oligoelementos al organismo, disminuye el riesgo de hemorroides, reduce la presión arterial y contiene vitaminas que combaten el envejecimiento, entre otros beneficios.
No es sorprendente que haya sido considerada desde la mitología griega, según los primeros poetas como Homero u Ovidio, como la bebida de los dioses. ¿Qué estamos esperando? ¡Es hora de descorchar botellas!