lunes, abril 28, 2025

Vecinos celebran el cumpleaños de un joven sin hogar.

Vivir en situación de calle implica múltiples desafíos para quienes lo experimentan. Mientras muchos de nosotros damos por sentado tener un techo donde resguardarnos y un plato de comida caliente, también ignoramos que lamentablemente existen personas en el mundo que carecen de lo que consideramos esencial.

Un ejemplo claro es la celebración de un cumpleaños, algo común para la mayoría; sin embargo, para Eduardo, un joven que vive en las calles de Río de Janeiro, Brasil, la celebración de sus 19 años se convirtió en una experiencia inolvidable.

Eduardo en su fiesta de cumpleaños en la plaza

Globos, pastel, refrescos y botanas son elementos que componen una típica fiesta de cumpleaños, y estos detalles conmovieron a Eduardo, quien no pudo esconder su alegría por la celebración que le organizó Samy Ferreria, una vecina cercana al lugar donde reside.

A pesar de su situación de calle, Eduardo se ganó el cariño de todos los vecinos. Desde que Samy se mudó a la zona hace un año, frecuentemente lo veía en la plaza, y así formaron una amistad especial.

Eduardo es un niño de la calle que «vive» aquí en la plaza junto a mi casa. Siempre conversamos cuando nos encontramos. Hace un mes, me comentó que cumpliría años el 1 de marzo. Le pregunté: ¿Hacemos una fiesta? Aceptó, aunque con un poco de duda.

Tan pronto como Samy le propuso la idea de la fiesta de cumpleaños, Eduardo accedió, aunque mostró escepticismo, pues no creía que su amiga pudiera concretarla. Así, Samy no solo tenía la labor de organizar la fiesta, sino también de asegurar que su querido amigo confiara en ella y asistiera a su propia celebración.

Pasé todo el mes diciéndole que debía presentarse en su fiesta… ¡No pude evitarlo, llegó todo feliz! Fue un momento simbólico; ¡este niño merece ser visto por todos!

Eduardo y Sammy abrazándose

Después de ser recibido con tanto cariño por los asistentes, llegó el momento de partir el pastel. Con una sonrisa de felicidad en su rostro, Eduardo expresó el deseo que anhela en su corazón: «Ser un luchador por la vida». Cortó su rebanada de pastel y la celebración continuó con los siete invitados que apoyaron a Samy en la organización de la fiesta.

Lamentablemente, la vida no ha sido fácil para Eduardo. Tras la muerte de su padre, terminó en un albergue para menores donde permaneció desde los 14 hasta los 18 años. A diferencia de sus compañeros que fueron adoptados, él se vio obligado a vivir en la calle al alcanzar la mayoría de edad.

Eduardo no conoce sus apellidos, pero sueña con tener un hogar y un trabajo digno. A pesar de esforzarse y trabajar arduamente cada día, nada ha sido suficiente para materializar sus sueños. Aunque las circunstancias han sido desafiantes, él mantiene una actitud optimista ante la adversidad, conservando la nobleza y ternura que lo caracterizan.

Samy compartió la emotiva celebración en su cuenta de Twitter, donde ha recibido elogios por su noble gesto y numerosas ofertas de ayuda para Eduardo. Con esto en mente, decidió abrir un crowdfunding junto a sus amigos para ayudarlo. La meta es alcanzar casi 20 mil dólares, de los cuales hasta ahora se han recaudado poco más de dos mil.

El objetivo es proporcionar a Eduardo acceso a un hogar durante un año, con alimentación y apoyo psicológico para que confíe en su capacidad de salir adelante. También se aceptan ofertas laborales, ya que Eduardo ha demostrado en diversas ocasiones su deseo de trabajar e integrarse en la sociedad.

Pensamos, con su consentimiento, en la mejor forma de unir fuerzas. La meta es sacar a nuestro amigo de la calle.

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