Desde que el internet se convirtió en parte de nuestras vidas, han aparecido historias de lo más extrañas que nos hacen cuestionar su veracidad. Un claro ejemplo es la famosa anécdota de la rata con thinner (si no la conocías, te pedimos disculpas por adelantado), que nos hizo enfrentar un miedo que ni sabíamos que existía en nuestro interior.
Este artículo tiene el mismo propósito, ya que lo que le ocurrió a Daniela Pedroza no es algo que se viva a diario, pero definitivamente podría pasarle a cualquiera. Daniela decidió abrir su corazón al mundo a través de su cuenta de TikTok @danifpedroza, para compartir la razón por la que estuvo a punto de morir.
El silencioso asesino que estuvo a punto de llevarse a la joven era nada más y nada menos que una flatulencia. Así es, los gases que todos enfrentamos cada día pueden volverse en nuestra contra; si decides retener uno durante demasiado tiempo, este lo tomará como una ofensa personal y considerará el asesinato como última opción.
En otras palabras, los pedos son peores que Ted Bundy. La experiencia de Pedroza nos sirve de ejemplo: un día, en la escuela, un dolor intenso (como el de tu ex) la tuvo sin poder moverse y culminó en su desmayo. Al despertar, se encontraba en un hospital, y lo primero que cruzó su mente fue la posibilidad de estar embarazada, ya que recién había comenzado una relación amorosa.
¿Quieren la parte dos? 😂 #storytime #comedia #comediatiktok
♬ original sound – Daniela Pedroza
Los doctores no descartaron esa posibilidad y decidieron hacerle un ultrasonido. Cuál fue su sorpresa cuando el profesional de la salud le sugirió liberar lo que llevaba dentro, algo que casi nadie te alienta a hacer. Así que, quédate cerca de alguien como el médico de Dany.
‘Mija, tíratelo, tíratelo, eso que ves ahí, es una flatulencia atorada, muy peligrosa, te puedes morir de peritonitis’. El apéndice se me estaba aplastando, casi me operan en ese momento.
El clip se inundó rápidamente de comentarios de usuarios que confesaron haber pasado por experiencias similares o que, al menos, eran conscientes de que podían aparecer en 1,000 maneras de morir debido a sus propios gases.
‘A mí, de recién casada, me pasó lo mismo, casi muero. No es broma, pero aún me da risa’; ‘A mi hermano le ocurrió lo mismo, casi lo llevaron a quirófano, pero mi papá no los dejó y lo hizo saltar con los talones. Sanó y lo dieron de alta’; ‘Es mejor perder una amistad que tener una tripa retorcida’.