Imagina que un día decides comprar un boleto de lotería solo para probar tu suerte, sin ninguna expectativa, pero los astros se alinean y tu boleto resulta ser el ganador de 200 millones de dólares. Entonces piensas en qué harás con todo ese dinero: comprar una casa, cambiar de coche o viajar. Sin embargo, el tiempo pasa y el dinero, como el amor, diría la canción, también se va. Desgraciadamente, no invertiste en nada que asegurara el crecimiento de tu nueva fortuna y 10 años después, ese dinero ahora “solo existe en tu memoria”.
Es lamentable que este escenario solo habite en la imaginación, ya que seguramente ya has considerado qué harías con tal fortuna. No obstante, es aún más triste que esta situación sea real, pues le sucedió a un matrimonio británico. En 2012, Gillian y Adrian Bayford ganaron 200 millones de dólares con un boleto de lotería y 10 años después se encuentran en la ruina.
Después de que Adrian se convirtió en el afortunado ganador, la pareja buscó dónde invertir su dinero. En sus planes figuraban comprar una casa, un coche, recorrer las Montañas Rocosas de Estados Unidos en tren, llevar a sus hijos a Disney y, con un gesto de altruismo, donar una parte del premio a alguna organización de beneficencia infantil.
Gillian, quien era empleada de limpieza en un hospital en Inglaterra, decidió renunciar a su trabajo, mientras que Adrian continuó administrando su tienda de música en el Condado de Suffolk. Ambos deseaban que este golpe de suerte no transformara sus vidas. Sin embargo, un año después, la pareja optó por separarse.
Gillian se trasladó a su natal Escocia con sus hijos y en 2016, estableció un fondo inmobiliario en el que invirtió una gran cantidad de dinero, pero lo único que logró fueron deudas y problemas económicos.
Por su parte, Adrian abrió una tienda de memorabilia de películas y discos. También compró 38 casas para alquilarlas y obtener ganancias de las rentas, pero esto tampoco resultó. De hecho, lleva varios años intentando vender su gran residencia, sin lograr un acuerdo con los potenciales compradores.
Así que si un día decides comprar un boleto de lotería y tienes la suerte de ganar, analiza detenidamente qué harás con el premio; invierte y recuerda que ¡no necesitas nada del Black Friday!
