El Día Internacional de la Mujer se aproxima, y nos llena de alegría conocer historias inspiradoras de mujeres que se empoderan y avanzan por sus propios medios, desafiando los estereotipos. Un ejemplo de ello es Rukhsana, una mujer pakistaní que trabaja como conductora de un servicio de transporte público.
Mientras que en México y otros lugares es común ver a mujeres al volante de un taxi, en países como Pakistán no es tan habitual encontrarlas. Por eso, la usuaria de Twitter Syedaa Khadija compartió con sus seguidores su experiencia en Lahore, Pakistán, cuando fue transportada en un vehículo conducido por una mujer.
Chicos, no puedo expresar con palabras lo feliz que me sentí durante ese viaje. Ella era muy amable. Fue la primera vez que tuve una conductora mujer, y créanme, fue la primera ocasión en la que pude dormir un poco durante mi viaje en Uber, sabiendo que estaba a salvo.
Además, la joven publicó una foto del momento junto con el perfil de Rukhsana en la aplicación. Según comentó, esta mujer lleva un año trabajando como conductora y ha tenido un gran desempeño, realizando 2136 viajes y obteniendo una calificación de 4.94. En la publicación, algunas personas la reconocieron y compartieron sus opiniones sobre el servicio.
Tuve la suerte de viajar dos veces con ella, y cuando la volví a encontrar casi siete u ocho meses después, le conté sobre nuestra experiencia previa y me senté frente a ella. Espero volver a verla algún día. Estoy muy orgullosa de lo que ha logrado.
Es importante mencionar que en Pakistán existen numerosas restricciones hacia las mujeres. A pesar de que se han logrado algunos avances en sus derechos, las mujeres enfrentan prohibiciones como no poder testificar ante la ley, no deben deshonrar a su familia (lo que implica evitar conductas “inmorales”), y no pueden estudiar libremente ni elegir con quién casarse. De hecho, muchas son obligadas a casarse con personas elegidas por sus padres, y aquellas que se niegan pueden sufrir castigos severos, incluidos la muerte.
Las mujeres en Pakistán no gozan de libertad, y por eso observar a Rukhsana ejerciendo su profesión nos hace pensar que quizás algún día todas las mujeres en cualquier parte del mundo podrán ser libres, no solo para trabajar, sino para decidir cómo quieren vivir.
