Existen relatos que realmente merecen ser compartidos, aunque al principio no sean de lo más agradables. Este es el caso de Lucero, una joven de 24 años, oriunda de Querétaro, México, quien está enfrentando una dura batalla contra el cáncer. Para poder costear su tratamiento, ha tomado la decisión de rifar su vestido de novia, ya que su prometido la abandonó al enterarse de su diagnóstico.
Lucero es una joven que lucha contra el cáncer de mama y sigue buscando maneras de financiar su tratamiento, pues, como bien sabemos, estos pueden ser bastante costosos. Su camino no ha sido fácil, ya que no solo ha tenido que enfrentar su enfermedad, sino que también ha pasdo por el difícil momento de la ruptura con su exprometido, quien decidió poner fin a su compromiso al saber de su situación.
Por esta razón, priorizando su salud, la joven decidió rifar su vestido de novia con el fin de recaudar fondos para cubrir sus gastos médicos y también para desprenderse de una prenda que ahora está cargada de recuerdos y sueños.
“Mi pareja me dejó cuando supo de mi diagnóstico. Sin embargo, hoy en día eso no es lo más importante. Lo que en realidad importa es conseguir los recursos para cubrir mis necesidades,” comentó Lucero.
Además del vestido, Lucero también planea rifar su automóvil, un Golf 2001 de Volkswagen. A pesar de que es su medio de transporte, en estos momentos, lo más importante es obtener el dinero necesario para sus tratamientos.
Es importante destacar que, aunque Lucero trabaja como mesera en un restaurante y contribuye con un ingreso al hogar, su padre, que es mecánico, es quien la mantiene a ella y a su madre. Por ello, el propósito de estas rifas es aliviar la carga de gastos familiares.
La buena noticia es que, al parecer, Lucero ha recibido su última sesión de quimioterapia. A través de su cuenta de Facebook, compartió con alegría la noticia acerca de su estado de salud y reconoció que, aunque la batalla ha sido dura y en varias ocasiones ha sentido desesperación, sigue en pie y no se ha rendido.
“Esta bendita enfermedad también me ha enseñado quiénes son realmente mis amigos y con quiénes no debo contar nunca más. Me ha enseñado mucho y, a la vez, me sigue aterrando, porque es un proceso muy complicado. Hemos superado esta primera etapa, pero aún nos queda un largo camino por delante. No soy la misma persona que era hace un año; ahora soy más fuerte,” afirmó Lucero.
