No hay nada más bello que encontrar a tu otra mitad. De hecho, es un objetivo tan significativo que muchas personas dedican toda su vida a conseguirlo. Por ello, historias como la siguiente nos recuerdan que el amor puede hallarse incluso en lo más inesperado de nuestro hogar.
Pascale Sellick es la mujer que hizo realidad su sueño de caminar hacia el altar con lo que más ama en este mundo: su cubre colchón. Lo que podríamos catalogar como amor a primer algodón sucedió, como en cualquier relación, cuando un día ambos decidieron que no querían separarse ni un instante más.
Así fue como Anna, la organizadora de bodas de la feliz pareja, llevó a cabo una celebración de ensueño que envidiarían todos los objetos de La Bella y la Bestia. La ceremonia contó con 120 invitados (humanos), aunque podemos imaginar que el tapete mágico de Aladino fue el padrino del esposo.
Antes de casarse, Sellick y su compañero hicieron una aparición en el programa británico This Morning, donde los vimos muy cariñosos, ya que el edredón nunca se separó de su prometida, lo que nos permitió confirmar que están profundamente enamorados.
Sin embargo, en un giro inesperado de los acontecimientos, los amantes revelaron que mantienen una relación poliamorosa. El cubrecama confesó que llegó a la vida de su amada cuando ella ya tenía pareja, pero que la conexión entre ellos tres fue tan buena que no hubo inconvenientes. ¡Se llevan tan bien que hasta comparten la cama!
La relación entre ambos marcha tan bien que Sellick comentó que no tiene interés en otra colchoneta que no sea él. Aunque también destacó que su vínculo no tiene una connotación sexual, sino que se basa más en la conexión emocional que compartieron, ya que él representa para ella un símbolo de amor propio.
He tenido otros edredones previamente, pero le soy leal a este. Dedíquense un tiempo para cuidar de su autoestima y, si lo desean, ¡cásense con él! ¿Por qué no?