El 27 de junio, autoridades de Estados Unidos hallaron un tráiler abandonado en San Antonio, Texas, cerca de Quintana Road y la ciudad de Nuevo Laredo, Tamaulipas, México, en el que se descubrieron 50 migrantes fallecidos por asfixia.
Al llegar al lugar, las autoridades federales encontraron con vida a 16 personas, cuatro de ellas menores de edad y 12 adultos, quienes fueron trasladados a hospitales como University, Methodist del Centro, Baptiste del Centro y Santa Rosa West Overhills para recibir atención médica.
Según indicó la policía de San Antonio, hay tres personas detenidas en relación con este caso, que se investiga como un tráfico de migrantes que ingresaron ilegalmente y luego fueron dispersados por Estados Unidos.
Mientras las investigaciones continúan, en las primeras horas del 28 de junio, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, anunció en la mañanera que de las 50 personas encontradas en el tráiler, 22 eran migrantes mexicanos, 7 guatemaltecos, 2 hondureños y el resto no contaba con información sobre su nacionalidad.
La causa de muerte de los 50 migrantes que fueron hallados sin vida en el interior del tráiler en Texas se debió a agotamiento y exceso de calor, ya que carecían de agua y ventilación, lo que les provocó asfixia y deshidratación.
Las autoridades están investigando el caso y esperan dar con la red de tráfico humano responsable de poner a estas personas en condiciones inhumanas.
Ante la identificación de los 22 mexicanos que fueron víctimas de esta tragedia, México se ha integrado a las indagatorias en Estados Unidos. Por esta razón, el próximo 12 de julio se discutirá este caso entre Andrés Manuel López Obrador y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Este tema es crucial. Hemos insistido en que es necesario apoyar a las personas para que no sientan la necesidad de abandonar sus lugares de origen.
– Andrés Manuel López Obrador