Nos encantan los gatos, pero hay que reconocer que son traviesos. Todas las “Karen” o “Karen macho” entenderán a lo que nos referimos: apenas comienza la mañana y ¡a maullar se ha dicho! Saben nuestro horario, a qué hora nos levantamos y, al hacerlo, nos siguen a todas partes, acicalándose y ronroneando, convirtiéndonos en los mejores humanos que pudieron adoptar. Sí, para ellos, nosotros somos los adoptados.
Los gatos son encantadores, pero esa costumbre de seguirnos a todas partes no siempre es buena, ni para ellos ni para nosotros. Si no nos creen, permítannos contarles la historia del michi que, en un despiste de “Karen”, se metió a la lavadora y estuvo allí mientras se lavaba la ropa en un ciclo de ¡46 minutos!
Kitty es una gatita de Córdoba, España, que sigilosamente atravesó el patio de su dueña Estrella y, por eso, no se percató de que su felina la siguió hasta el cuarto de lavado, donde se metió a la lavadora. La chica se dio cuenta de la presencia de su michi al ir a sacar la carga, pues al abrir la máquina, Kitty salió corriendo hacia la casa.
Como toda una “Karen” preocupada, llevó a su gata al veterinario, quien tampoco pudo explicarse cómo sobrevivió a semejante impacto. Por supuesto, Kitty fue examinada y lo único que presentó fueron pequeños problemas respiratorios. Según el veterinario, tal vez la lavadora detectó algo extraño y su funcionamiento no fue el normal.
Después de una serie de antibióticos, descanso y vigilancia, poco a poco, Kitty ha vuelto a comer, ronronear y su pelaje ha recuperado su forma.
Así que si tienen uno o varios michis en casa, ¡cuídenlos!, porque eso de que tienen siete vidas puede que sea cierto, pero ¿para qué arriesgarse?
