Casi dos semanas han transcurrido desde que Jennifer Lopez y Ben Affleck se prometieron amor eterno bajo el altar, y finalmente, la artista ha compartido imágenes exclusivas de su celebración y de los tres días de festividades.
Las fotos fueron publicadas en el boletín On The JLo, junto con una conmovedora carta en la que “la reina del Bronx” expresó la trascendencia de su unión y el amor que siente por su ahora esposo.
Durante esa semana, llovió cada tarde. Todos estaban preocupados por el calor, los llamados “nervios del amor”, los detalles, si los invitados llegarían puntuales, entre otros aspectos, sin contar con los truenos y relámpagos que aparecían justo a la hora de la ceremonia. La boda estaba programada para el sábado. Ah, y todos nos contagiamos de un virus estomacal, recuperándonos solo al final de la semana…
No obstante, nunca dudé. Sentí durante toda la semana la calma y la certeza de que estábamos en manos de Dios…
A las 6:45 p.m. del sábado 20 de agosto… mientras el sol se ocultaba detrás de los robles cubiertos de musgo español, finalmente comencé a descender las escaleras que se convertirían en el pasillo que me llevaría hacia el resto de mi vida.
Ben y yo habíamos acordado que ‘True Companion’ de Marc Cohn sería la canción de amor ideal para nuestra boda en esta misma casa hace más de veinte años. Sin embargo, al caminar por el pasillo, la primera canción que sonó no fue ‘True Companion’, sino ‘The Things We’ve Handed Down’, una melodía que habla del maravilloso misterio de los niños, algo que en ese entonces solo podíamos imaginar, pero resultó ser la elección perfecta, ya que nuestros cinco hijos me precedieron en esa caminata.
Los veinte años entre esos sueños de juventud y la realidad del amor y la familia que abrazamos ese día agregaron más a nuestro matrimonio de lo que ninguno de nosotros pudo haber imaginado. No solo estábamos celebrando nuestra unión, sino que también estábamos formando una nueva familia con nuestros hijos…
Ben y yo nos reímos la noche anterior de la idea de volver a casarnos a nuestra edad. Ambos habíamos estado casados antes y ya no éramos exactamente niños, pero de alguna manera, parecía que esa era la única edad que tenía sentido.
El verdadero amor adulto sublime se da en poder amar a alguien, deseando ser mejor para esa persona y hacerla feliz, ya que encontrar la felicidad en dar amor se vuelve más placentero que recibirlo.
Rilke sostenía que el amor debe aprenderse y que dicho aprendizaje lleva tiempo. Uno debe volverse pleno por el bien de otro para que dos soledades «bordeen, protejan y se reconozcan». Fusionarse y entregarse requiere sabiduría, autoconciencia y es casi imposible en el impulso de la impaciencia juvenil.
La realidad es que la historia de cada uno es única y todos tenemos nuestros propios caminos por recorrer. No hay dos personas iguales. Pero para nosotros, este fue el momento perfecto. Nunca nada me pareció más adecuado y sabía que finalmente nos estábamos «estabilizando» de una forma que solo se puede hacer cuando se comprende tanto la pérdida como la alegría y se está lo suficientemente probado como para no dar por sentado lo que importa ni permitir que las trivialidades se vuelvan significativas… Esa noche realmente fue el paraíso…
Al día siguiente, nos reunimos para un delicioso ‘brunch’ a la orilla del lago. Para quienes estén interesados en esos detalles, tengo algunas ideas sobre la decoración que elegimos para cada uno de los tres días. ¡Lo diseñé y podría hablar de ello durante horas!
Años atrás, no imaginábamos que el camino por delante estaría lleno de laberintos y sorpresas, bendiciones y delicias. Todo culminó en este momento, uno de los más perfectos de nuestras vidas. No podríamos haber estado más felices. Les deseo a todos el mismo tipo de felicidad… la felicidad que se gana a través del esfuerzo, que es aún más dulce por el viaje que se ha vivido antes.
Los amamos, chicos… para siempre.
