Una joven de Portland, Oregón, en Estados Unidos, esperaba disfrutar de una amena cita a ciegas que incluía una deliciosa cena y una película, pero terminó regresando a casa tras una prolongada estancia en el hospital y sin poder caminar ni valerse por sí misma.
En aquella fatídica noche, Kiaha Kurek pensó que iba a perder la vida cuando, mientras estaba sentada en el auto de su cita a la espera de que el semáforo cambiara, vio las luces de un coche acercándose a gran velocidad. Desde ese instante, la pesadilla que vivió fue sumamente intensa y dolorosa.
Kiaha, de 24 años, decidió salir con un chico que conoció a través de una aplicación de citas. Según Daily Mail, primero fueron a cenar y, dado que la noche transcurría sin contratiempos, optaron por ir al cine. En el momento de subirse al auto, Kiaha recordó que una corazonada le decía que no lo hiciera, pero ignoró su intuición. Prácticamente, justo al salir del estacionamiento, un vehículo impactó con ellos a toda velocidad, por el lado donde ella se encontraba.
Recuerdo estar sentada en el auto, observar los faros que se aproximaban y pensar: ‘Este es el final’. Al despertar, sentí ardor en los ojos debido a que la sangre caía sobre ellos y escuché un estruendo cuando abrieron el coche. Intenté salir, pero me di cuenta de que había resultado herida. El dolor era tan extremo que perdí el conocimiento nuevamente.
La joven fue trasladada de emergencia a un hospital donde, a intervalos, lograba despertar, pero el dolor era tan insoportable que volvía a desmayarse, ya que se había fracturado la pelvis, varias costillas y su pierna quedó completamente destrozada, por lo que fue sometida de inmediato a una cirugía reconstructiva.
Recuerdo salir de la cirugía con un dolor insoportable y sentirme devastada al escuchar de los médicos que podría no volver a caminar correctamente.
Después de vivir momentos verdaderamente aterradores en el hospital, Kiaha finalmente pudo regresar a casa, aunque quedó confinada a una silla de ruedas y dependiendo de sus padres para gran parte de su vida diaria. Pasó un largo año hasta que, con dedicación y esfuerzo, logró recuperarse y volvió a caminar.
Sin embargo, la joven, enfrentando elevados gastos médicos, tuvo que declararse en bancarrota. Por otro lado, el chico con el que tuvo esa traumática cita se comunicó con ella para disculparse, admitiendo que había mentido sobre su edad, diciendo que tenía 24 años cuando en realidad solo contaba con 19 y no tenía mucha experiencia al volante. A pesar de esto, Kiaha decidió no demandarlo.
Hoy en día, a sus 35 años, Kiaha vive felizmente casada y aconseja a todas las jóvenes que, al salir en citas a ciegas, escuchen a su intuición y, sobre todo, que no confíen ciegamente en alguien que acaban de conocer.