El 19 de junio, la Federación Internacional de Natación (FINA), responsable de las competencias internacionales de natación de élite, decidió limitar la participación de atletas transgénero en eventos femeninos. No obstante, mostró su intención de formar un grupo de trabajo para establecer una categoría «abierta» para estas atletas.
La discusión sobre las mujeres transgénero en la natación de alto rendimiento tomó impulso tras el logro de Lia Thomas, nadadora de la Universidad de Pensilvania, quien se convirtió a principios de este año en la primera campeona transgénero de la National Collegiate Athletic Association en la historia de la División I en Estados Unidos.
En noviembre pasado, el Comité Olímpico Internacional (COI) presentó su marco sobre equidad, inclusión y no discriminación en relación con la identidad de género y las variaciones sexuales.
Además, reafirmó su compromiso con los derechos humanos y la inclusión, instando a las federaciones deportivas a que propongan sus propias directrices para los deportes específicos.
La nueva política de elegibilidad de la FINA fue aprobada con un 71 por ciento de los votos de 152 miembros presentes en el congreso realizado en el Puskas Arena, Budapest, Hungría.
Este documento de 34 páginas establece que las mujeres transgénero no podrán competir en la categoría de su sexo si han pasado por la pubertad masculina. Por lo tanto, los tratamientos para el cambio de género deben completarse antes de los 12 años.
Otra de las normas incluidas en la nueva directiva de la FINA es el establecimiento de un límite en los niveles de testosterona permitidos para competir en la categoría femenina, que será de 2.5 nanomoles por litro de sangre.
Husain Al-Musallam, presidente de la FINA, comentó en un congreso extraordinario que el objetivo de esta nueva política es equilibrar la inclusión y asegurar que no exista una ventaja injusta:
Debemos proteger los derechos de nuestros atletas para competir, pero también es fundamental salvaguardar la equidad competitiva en nuestros eventos, especialmente en la categoría femenina. La FINA está abierta a todos los atletas y la creación de una categoría abierta permitirá que cualquier persona tenga la oportunidad de competir a un nivel de élite, algo que nunca se ha hecho antes, por lo que FINA deberá liderar este camino.
Varios informes sobre la nueva política de la FINA, incluyendo uno de ESPN, indican que esto impediría a casi todas las mujeres transgénero competir en competencias de natación femenina. Las directrices también mencionan la posibilidad de establecer “una categoría abierta en disciplinas deportivas acuáticas, en la cual un atleta que cumpla con los criterios de elegibilidad podría competir sin importar su sexo, género legal o identidad de género”.
La organización estadounidense sin fines de lucro que defiende a los atletas LGBTQI+, Athlete Ally, rechazó las nuevas pautas de FINA mediante un tweet:
FINA’s new eligibility criteria for transgender athletes and athletes with intersex variations is discriminatory, harmful, unscientific and not in line with the 2021 IOC principles. If we truly want to protect women’s sports, we must include all women. https://t.co/MDjrWB6GrU
— Athlete Ally (@AthleteAlly) June 19, 2022
Los nuevos criterios de elegibilidad de FINA para atletas transgénero y aquellos con variaciones intersexuales son considerados discriminatorios, perjudiciales, no científicos y no están alineados con los principios del COI de 2021. Si verdaderamente deseamos proteger los deportes femeninos, debemos incluir a todas las mujeres.