No hay nada más satisfactorio que presenciar el apoyo entre mujeres. En una época donde el egoísmo y las divisiones parecen estar en aumento, resulta inspirador conocer historias como la que sigue, que nos permiten mantener la fe en la humanidad.
Bruna Fidje, una madre brasileña de 32 años, se encontró en una situación complicada. Necesitaba presentar un examen universitario, pero no tenía a quién dejar su bebé de tres meses. No tuvo más opción que llevar a su pequeño al campus, sin imaginar que su profesora se ofrecería amablemente a cuidarlo.
En una entrevista con la revista O Segredo, Bruna relató que se encuentra en el cuarto año de su Licenciatura en Derecho y debía presentar un examen de derecho procesal civil. Por lo general, su esposo se encarga de cuidar al bebé mientras ella asiste a la universidad, pero aquel día tuvo un inconveniente y no pudo hacerse cargo, obligando a Bruna a llevarlo consigo.
“La profesora se mostró preocupada al verme tratando de hacer el examen con el bebé en brazos. Me dijo: ‘Dámelo, yo me encargo’. Aunque al principio me negué porque había muchas personas en clase, al final accedí y ella lo mantuvo en brazos durante dos horas y media mientras yo hacía la prueba”, comentó Bruna.
“Ella se movía por el aula respondiendo a las preguntas de los estudiantes con el bebé en su regazo; fue lo más hermoso que vi. Logré grabar un video antes de que comenzara la prueba, porque me pareció un momento encantador. Es reconfortante observar ese cuidado y esa empatía entre mujeres”, agregó Bruna, emocionada.
“La profesora meció, alimentó y jugó con el bebé. Solo de recordarlo me emociono. Incluso llegué a llorar, porque equilibrar la maternidad y la vida académica ha sido complicado para mí, pero actos como este restauran nuestra fe en la humanidad”, continuó.
https://youtu.be/RBLilTZXMDU
Iris Lippi, la profesora de Bruna, declaró que un docente debe ser un solucionador de problemas. “Un maestro no solo debe transmitir conocimiento, sino también estar disponible para ayudar a sus alumnos y entender sus necesidades”, afirmó.
“Las mujeres somos conscientes de lo desafiante que puede ser la maternidad, especialmente cuando se está en la universidad. Al ingresar al aula y ver a Bruna con su bebé, inmediatamente pensé que no tenía a quién dejarlo. Hablé con los estudiantes sobre el examen, los entregué y después me ofrecí a cuidar al bebé para que ella pudiese realizar la prueba sin preocupaciones”, concluyó la profesora.