El intercambio de misiles balísticos entre Corea del Norte y Corea del Sur ha suscitado inquietud a nivel internacional y ha disparado las alarmas de las autoridades, tras haber impactado en el mar de Japón, justo frente a las costas de ambas naciones, que marcan la frontera entre ellas.
La tensión bélica parece haber comenzado el 2 de noviembre, cuando se informó que Corea del Norte lanzó al menos 23 misiles hacia el mar de Japón, uno de los cuales, según el Estado Mayor de Corea del Sur, cayó a 26 km al sur de la frontera marítima que divide a ambas naciones.
Además de los lanzamientos de misiles, Corea del Norte realizó 100 disparos de artillería. Ante esto, Seúl no se quedó inactivo y respondió con tres misiles aire-tierra de alta precisión, que, según se informó, cayeron a 60 km de la Línea del Límite Norte.
El ejército del Sur llevó a cabo represalias contra Corea del Norte después de que uno de sus misiles cayera 57 kilómetros al este de la ciudad de Sokcho y otro se dirigiera hacia la isla Ullengdo, ubicada en el mar de Japón. Todo esto con el objetivo de enviar un mensaje a los norcoreanos sobre la capacidad del país de responder a sus ataques o provocaciones.
Recientemente, Corea del Norte ha estado lanzando misiles balísticos de manera constante y ha incrementado sus provocaciones de forma implacable y unilateral. Esta serie de acciones representa una amenaza para la paz y la seguridad de Japón, la región y la comunidad internacional, lo cual es absolutamente inaceptable.
– Gen Nakatani, Ministro de Defensa de Japón
Aunque los lanzamientos en el mar de Japón se consideraban como acciones que podían estar dirigidas a un nuevo ensayo nuclear, la cantidad de misiles disparados en un período de 10 horas fue interpretada por los militares surcoreanos como una violación del acuerdo militar entre las dos Coreas, que establecía la necesidad de poner fin a cualquier provocación de inmediato.
Después de los lanzamientos de misiles por parte de Corea del Sur, el ejército norcoreano de Pyongyang disparó otros seis misiles desde Wonsan hacia el mar de Japón y el mar Amarillo, en un intercambio que incrementa la tensión en la región. Esto sucedió justo cuando Seúl y Washington estaban llevando a cabo ejercicios aéreos en la zona.
En respuesta a la situación entre las dos Coreas, el secretario general de la ONU, António Guterres, instó a ambas partes a tomar las medidas necesarias para reunirse y dialogar en un entorno adecuado, a fin de que se abstengan de llevar a cabo cualquier acción provocadora.