El 1 de julio, las autoridades de Corea del Norte informaron que el origen de su actual brote de covid-19, el primero que afecta al país, se debe a globos que transportaban el virus y fueron enviados desde Corea del Sur.
Tras reconocer la presencia del Sars-Cov-2, el gobierno norcoreano afirmó que el virus se propagó debido a factores externos o, más específicamente, a “objetos extraterrestres”, como los globos utilizados por activistas de derechos humanos y desertores norcoreanos que huyeron a Corea del Sur para difundir propaganda contra el líder Kim Jong-un. Esta afirmación ha sido cuestionada, ya que parece un intento de culpar a su rival en un contexto de tensiones crecientes debido a su programa nuclear.
El Ministerio de Unificación de Corea del Sur respondió a estas acusaciones, señalando que no hay posibilidad alguna de que el virus ingresara en Corea del Norte. Este énfasis se basa en dos factores: primero, que el lanzamiento de globos por parte de grupos activistas, que incluían ayuda humanitaria y mensajes contra el régimen, ocurrió a finales de mayo, semanas después de que se detectaran los primeros casos de contagio en el país.
El segundo factor, que es científicamente primordial, es que la probabilidad de contagiarse al tocar una superficie infectada es extremadamente baja, especialmente si la “fuente” se trata de un globo.
El Centro para el Control de Enfermedades de Corea del Sur y la Organización Mundial de la Salud (OMS) coinciden en que es imposible infectarse con covid-19 a través del virus que permanece en la superficie de un objeto, y además, no existe ningún caso confirmado oficialmente de infección a través del correo u otros suministros.
– Cha Duck Chul, portavoz adjunto del Ministerio de Unificación de Corea del Sur
Según BBC News, el último anuncio de Corea del Norte contradice la opinión externa que sugiere que el virus se propagó después de que el país reabriera brevemente su frontera norte con China para el tráfico de mercancías en enero, y que la situación se intensificó en abril debido a un desfile militar y otros eventos en Pyongyang, la ciudad más poblada, diseñados para reforzar la lealtad al régimen de Kim Jong-un en medio de crisis económicas.
Después de sostener una afirmación ampliamente cuestionada de estar libre de coronavirus durante más de dos años, Corea del Norte finalmente reconoció el brote de covid-19 el 12 de mayo, indicando que un número “no especificado” de personas en Pyongyang había sido diagnosticado con la variante ómicron.
Desde entonces, el gobierno norcoreano ha confirmado 4.7 millones de casos de fiebre entre sus 26 millones de habitantes. Sin embargo, solo una pequeña fracción de ellos ha sido identificada como covid-19.
Además, afirman que desde el inicio del brote, solo 73 personas han muerto, una tasa de mortalidad extremadamente baja, lo que sugiere que las cifras reales están manipuladas para mantener a la población alerta contra el virus y prevenir cualquier daño político al régimen autoritario de Kim Jong-un.