El 10 de septiembre, en el Palacio de St. James en Londres, Inglaterra, el Consejo de Ascensión declaró oficialmente a Carlos III como rey tras el fallecimiento de Isabel II. En su mensaje, el nuevo monarca se comprometió a seguir el legado de su madre, garantizando su respeto por los principios constitucionales y su dedicación al servicio de los ciudadanos.
Ante una destacada audiencia de autoridades políticas y sociales, Carlos III juró proteger la Iglesia de Escocia, asumiendo su rol como cabeza de la Iglesia Anglicana. También autorizó la difusión de su declaración, la cual será leída en Escocia, Gales e Irlanda del Norte, así como en las naciones de la Mancomunidad de Naciones. En presencia de la reina consorte, Camila, y del príncipe de Gales, Guillermo, Carlos III firmó un documento que certifica su juramento.
Un día después del fallecimiento de Isabel II, el nuevo monarca rindió un emotivo homenaje a su madre al asumir su nuevo rol, agradeciéndole su amor tanto por la familia como por la comunidad de naciones. Además, dirigió un mensaje a todos los británicos.
Hoy, renuevo ante ustedes mi promesa de servirles durante toda mi vida. Me comprometo a hacerlo con lealtad, respeto y amor.
Después de anunciar el fallecimiento de la reina Isabel II, David White, el rey de Armas de la Orden de la Jarretera, quien es uno de los principales consejeros de la Corona y especialista en leyes heráldicas, proclamó a Carlos III como nuevo rey ante la multitud y los guardias de Coldstream, quienes celebraron con tres vítores en honor a Su Majestad, levantando sus gorros militares durante la ceremonia.
Posteriormente, el rey recibirá en el Palacio de Buckingham a personalidades políticas y religiosas destacadas del país, comenzando con una reunión con el arzobispo de Canterbury. La ceremonia de proclamación se repetirá en diferentes localidades del Reino Unido.
