Aunque podríamos pensar que el momento perfecto para empezar a estudiar es desde una edad temprana, ya que de niños somos más capaces de absorber nuevos conocimientos —el cerebro actúa como una esponja en continuo desarrollo—, está demostrado que el aprendizaje es un proceso que dura toda la vida. Por ello, no debemos dejarnos intimidar por la edad. Se dice que cada etapa de la vida posee sus propias ventajas.
No obstante, muchas mujeres ven la edad como un obstáculo para alcanzar sus objetivos, algo que solo existe en su mente. Un ejemplo es Calorinda Rosa de Mesquita Silva, una abuela que nos ha demostrado que los años no son un impedimento cuando el deseo de aprender es tan fuerte.
Tuvo que dejar atrás su sueño de ir a la escuela
Desde pequeña, Calorinda, de 71 años, soñaba con aprender a leer y escribir. Sin embargo, no pudo ir a la escuela cuando tuvo la oportunidad. Conocida como Doña Calu en su comunidad de Teresina, Brasil, sacrificó su educación para ayudar a su madre en las tareas del hogar y cuidar de su hermano, cuando solo tenía ocho años.
Comenzó a trabajar muy joven; a los 13 años ya era costurera, y a los 25 se casó con Etevaldo da Silva, con quien tuvo cuatro hijos. Con el tiempo, su sueño de aprender se fue desvaneciendo.
Siempre quise estudiar, pero dejé ese sueño para las niñas que venían a vivir aquí. Algunas incluso se graduaron.
Nunca es tarde para aprender
Gracias al apoyo de sus hijos, finalmente pudo realizar su gran anhelo de entrar por primera vez a un salón de clases.
Todos en mi familia me apoyaron para que estudiara. Nadie se opuso. Todos estaban contentos, y hasta mi pareja se inscribió, aunque no escucha bien y no ha podido terminar sus estudios.
Calu recuerda que siempre se dedicó con cariño a las tareas del hogar y a sus hijos, pero el deseo de aprender a leer y escribir siempre permaneció en su corazón.
Su hija, María de Deus, la motivó a enfrentarse a este nuevo reto. María es la coordinadora del Proyecto de Alfabetización de Adultos en su comunidad y le mostró esta oportunidad a su madre, quien no dudó en aceptar con entusiasmo la idea de estudiar.
Para María, la determinación de su madre ha sido una gran fuente de inspiración, al ver su enorme interés y entusiasmo por aprender.
Mi mamá siempre ha trabajado arduamente. Ha sido un modelo para nosotros. Criar a dos hijos ha requerido mucho esfuerzo, así que para nosotros es fundamental. Ella cuida a mi hermano, quien sufrió un derrame cerebral, y aún así encuentra tiempo para estudiar.
Tan independiente como ha sido toda su vida, Doña Calu asiste a la Unidad Escolar Tomaz de Area Leão Filho, y comparte con orgullo que todos los días toma el autobús y camina por el sendero alegremente, sola, para llegar puntualmente a sus clases. En estas clases, su nieta, Jessica Marcelle, es una de sus maestras.
Al igual que la admirable Doña Calu, que nos enseña que nunca es tarde para asumir nuevos retos, tú también debes creer en ti mismo y confiar en tus habilidades. Comenzar a escribir una nueva página de tu vida es una excelente manera de avanzar en tu superación personal.