¡Nos encanta la lectura! A nosotras, las románticas, nos enamora no solo las historias que los autores nos cuentan, sino también esos galanes ficticios que crean en su imaginación y que saben exactamente cómo hacernos caer a sus pies.
Si alguna vez leíste «Orgullo y prejuicio» o «Cumbres borrascosas», entenderás de qué hablamos cuando mencionamos que algunos personajes «románticos» pueden ser más tóxicos de lo que imaginamos. A pesar de que la trama nos haya cautivado, es importante identificar las señales de alerta. A continuación, te presentamos algunos ejemplos de protagonistas que creíamos perfectos, pero que en realidad eran todo menos eso.
1. Travis Maddox de Maravilloso desastre
Cuando conocimos a Travis Maddox en la obra de Jamie McGuire, nos enamoramos locamente de él, especialmente al leer la frase: “No sabía que estaba perdido, hasta que tú me encontraste”. ¡Ah! Nos hace suspirar, pero no podemos olvidar que Travis nunca aceptó que Abby no quisiera salir con él, arruinó su habitación cuando lo dejó y tiene muchas actitudes que no reflejan una gran inteligencia emocional.
2. Aelin Ashryver Galathynius de Trono de Cristal
Sarah J. Maas nos presenta un personaje que nos divide: Aelin es un amor o un odio sin términos medios. Aunque su personaje es asombroso y su historia cautivadora, ella es terquedad en su máxima expresión, imprudente, vengativa y dudosamente empática, además de que frecuentemente subestima e ignora a sus amigos por creerse superior.
3. Daemon Black de Obsidian
Es innegable que los romances de enemigos a amantes son electrizantes, pero el protagonista de esta obra de Jennifer L. Armentrout nos irrita, ya que acosa a Katy sin razón, lo cual es lo menos romántico del mundo. Tal vez aún crea en esa vieja creencia de que “si te molesta, le gustas”, y aunque Daemon demuestra amar a Katy, esto no cambia su comportamiento desagradable.
4. Ridge Lawson de Maybe Someday
Este personaje creado por Colleen Hoover tenía todo para brillar: era atento, sensible, gracioso, empático y muy cariñoso, hasta que engañó a su novia con Sidney. Y no podemos olvidar que la chica era todo lo opuesto a una villana; era amable, leal e increíble, y aun así, Ridge nunca admitió sus sentimientos por Sidney.
5. Tamlin de Una corte de rosas y espinas
Sarah J. Maas nos brinda otra figura que adoramos, pero que tiene características tóxicas. Tamlin secuestró a Feyre, llevándola a vivir a la Corte Primavera, y además era controlador, celoso, violento, obsesivo y la veía como un objeto. ¡Aléjate de chicos así!
6. Alexander Belov de El jinete de bronce
Este personaje de Paullina Simons nos robó el corazón al ayudar a Tatiana durante la Segunda Guerra Mundial, alimentando a su familia y asegurándola un refugio. Con el tiempo, se casó con ella. Sin embargo, no hay que olvidar que trató de tener una relación con la hermana de Tatiana y que la engañó al vivir juntos en Estados Unidos.
7. Hardin Scott de After
Es innegable que amamos a Hardin, en gran parte por su evidente inspiración en Harry Styles, pero la premisa de su historia de amor comenzando por una apuesta no parece nada romántica. Además, no olvidemos que este personaje creado por Anna Todd es violento, controlador, manipulador, agresivo, mitómano y abusivo.
8. Alex Markov de Besar a un ángel
A pesar de que el hombre más orgulloso del mundo, según su autora Susan Elizabeth Phillips, se arrodillara y renunciara a su orgullo por Daisy, eso no borra su toxicidad. No solo la humilló por ser rica, sino que también se creía moralmente superior para darle “una lección” por ser una mujer “de poco pensamiento”. ¡Pff, qué horror!
9. Christian Grey de 50 sombras de Grey
E. L. James nos regaló una novela que es un reflejo del clásico cuento de hadas en versión adulta. Sin embargo, por emocionante que sea la historia, no podemos olvidar que a este galán le urgía ver a un terapeuta, pues ¿qué pasa con el hecho de que se involucra con mujeres que tienen rasgos similares a los de su madre? ¡Con tanto dinero, debería invertirlo en terapia!
10. Fitzwilliam Darcy de Orgullo y prejuicio
Jane Austen nos presentó este clásico, y no dejemos que nuestro amor por Darcy nos nuble la vista. Si bien es hermoso, misterioso, cautivador y millonario, no podemos olvidar que también es prejuicioso, arrogante, clasista, tiene un complejo de héroe y sus habilidades sociales son casi nulas. La suerte de este personaje se basa en la época en que se sitúa la historia, y Elizabeth es demasiado inteligente como para no notar que, detrás de todos esos defectos, hay un diamante en bruto.