En una sociedad en la que la tecnología nos rodea, a veces olvidamos que la agricultura es un sector vital, no solo para nuestra subsistencia, sino también para nuestra economía. La demanda de alimentos crece al tiempo que lo hace la población mundial, por lo que es necesario mejorar el rendimiento del sector agrícola, además de aumentar la eficacia de los recursos utilizados, como agua, fertilizantes, pesticidas…
Por lo tanto, cada vez supone una mayor importancia tener una tierra fértil, que dote a las plantas de todos los nutrientes que necesitan para su correcto crecimiento y reproducción. Aquí entran en juego los abonos y fertilizantes, tan necesarios para la salud de las plantas como el agua y la luz solar.

¿Qué es un fertilizante?

Los fertilizantes agrícolas proveen a las cosechas de los nutrientes que necesitan, sobre todo los tres elementos químicos esenciales para las plantas (fertilizante NPK: nitrógeno, fósforo y potasio), aunque muchos fertilizantes también contienen micronutrientes como el hierro, cobre, zinc… De hecho, cada vez están ganando más importancia los micronutrientes, que han demostrado ser esenciales para un buen estado de las plantas.
Con el uso de fertilizantes se evitan las deficiencias de nutrientes en las plantas, mejora su estado de salud y, por lo tanto, aumenta la cantidad y la calidad de los alimentos. Además, estos agroquímicos mejoran la fertilidad de los suelos y contribuyen al desarrollo de plantas más fuertes y sanas.
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Tipos de fertilizantes

Existen diferentes tipos de fertilizantes agrícolas y cada uno de ellos tiene sus propias ventajas e inconvenientes. De entre la amplia variedad actual, estos son los tipos de fertilizantes más demandados:
- Fertilizantes orgánicos: también se les conoce como abonos y son de origen animal o vegetal. La desventaja de los fertilizantes orgánicos es que sus nutrientes son menos solubles y la planta tarda más en absorberlo. Por otro lado, su principal beneficio es que el uso de fertilizantes orgánicos mejora el estado del suelo y favorece la retención de agua y nutrientes. Por este motivo, se utilizan sobre todo en la agricultura ecológica. Algunos tipos de fertilizantes orgánicos son el estiércol, el compost y los abonos verdes.
- Fertilizantes químicos: el mayor beneficio del uso de fertilizantes químicos en la agricultura es que se obtienen resultados muy rápidamente. De forma visible, mejoran el estado de salud de las plantas y aumentan la producción de las cosechas. Sin embargo, deben usarse eficazmente. En este sentido, las innovaciones de la industria química y los avances tecnológicos, como explicaremos más abajo, han mejorado mucho la aplicación de fertilizantes químicos.
- Biofertilizantes: llamamos así al fertilizante para plantas que contiene microorganismos vivos. Al igual que los fertilizantes orgánicos, también se utilizan en la agricultura ecológica, ya que son muy respetuosos con el medio ambiente.
- Bioestimulantes: también incluyen microorganismos. La diferencia respecto a los biofertilizantes es que en este caso los microorganismos no se utilizan como nutriente sino para estimular el crecimiento de las plantas.
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Clasificación
Por otro lado, según su modo de aplicación, los diferentes tipos de fertilizantes se clasifican en:
- Fertilizante radicular o al suelo: este tipo de fertilizante se aplica en la base de la planta y puede hacerse de forma directa o diluida en agua. De este modo, el nutriente para las plantas se asimila muy rápido ya que está más cerca de sus raíces.
- Fertilizante foliar: este tipo de fertilizante líquido se aplica diluido en agua sobre las hojas de las plantas por pulverización. Las hojas también absorben muy rápido los nutrientes, por lo que sus resultados no tardan en ser visibles. Los parámetros de tensión superficial y evaporación son clave para una correcta asimilación de los nutrientes en las plantas.
- Fertirrigación: en este caso, los abonos y fertilizantes se disuelven en el agua de riego, de modo que los nutrientes se reparten por todo el terreno.
Para aquellos interesados en empezar a producir sus propios alimentos, hacer crecer flores, tener plantas medicinales y demás, pueden utilizar un fertilizante como el Activador 8-24-4 , que tienen las siguientes ventajas:
- permiten aprovechar residuos orgánicos
- aumentan la actividad microbiana del suelo
- recuperan la materia orgánica del suelo, favoreciendo la retención de nutrientes y permiten la fijación de carbono en el suelo, así como mejoran la capacidad de absorber agua
- suelen necesitar menos energía para su elaboración
Estos tipos de fertilizante son muy versátiles y pueden aplicarse como acondicionador y activador de los nutrientes. Además, permite a la planta tener germinación y desarrollo de las plántulas con color verde característico, tallos robustos y sistema radicular abundante que asegure el anclaje y asimilación de nutrientes y agua.