La piel es una armadura fuerte pero a la vez delicada que protege toda la superficie corporal. Aplicarle una protección solar adecuada es vital para mantener nuestra salud.
Agredir nuestra piel intensamente puede dañarla de forma permanente con efectos muy negativos en el futuro. Por ello, además de cuidar nuestro cuerpo por dentro, con ejercicio y una dieta saludable tratando de prolongar su juventud, también debemos de proteger nuestra piel, para que luzca saludable y joven por más tiempo.
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Son bien conocidos los efectos negativos que las radiaciones ultravioleta tienen sobre la piel, desde la quemadura solar con la exposición intensa pero limitada en el tiempo, hasta el cáncer de piel que aparece años después de una exposición mantenida y recurrente.
Lo ideal sería aplicar fotoprotección diaria durante todo el año, independientemente el tiempo y la estación, principalmente a nivel facial, escote y manos, zonas expuestas en todas las estaciones de una forma más o menos intensa.
Partiendo de esta premisa, en verano, época de sol por excelencia, tendremos que ser aún más cautos. El bronceado se considera desde hace años un signo de salud y belleza muy importante, pero la realidad es que la piel toma ese color a modo de escudo para proteger los núcleos de las células de las radiaciones ultravioleta, las cuales pueden causar alteraciones genéticas irreparables.
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Para evitarlo, debemos tomar medidas de protección solar durante los meses de mayor exposición. De todos es bien sabido que las horas centrales del día -11 a 16 horas-, es el momento en el que el sol entra de forma más perpendicular a la superficie de la Tierra y por tanto cuando sus rayos inciden de una forma más marcada sobre nuestra piel pudiendo dañarla, por tanto, no debemos exponernos durante esas horas de forma intensa. Si tuviéramos que hacerlo, la mejor medida de protección es la ropa, camisetas oscuras, sombreros de ala ancha y gafas de sol nos ayudaran mucho, si a ello le añadimos un buen fotoprotector en crema, mejor aún.
Profundizando aún más en el uso de fotoprotección, vamos a concretar las pautas más adecuadas en cada caso y por rango de edad:
- Menores de 6 meses: no debemos exponerlos al sol directamente ni aplicar cremas con protección ya que su piel no es capaz de absorberlas.
- 6 meses a 2 años: evitar exposiciones prolongadas, y hacerlo con ropas adecuadas y fotoprotección mineral en crema en las zonas descubiertas.
- A partir de los 2 años: insistir en el uso de ropa adecuada que evitará tener que aplicar de forma repetida las cremas fotoprotectoras cada 2 horas. Proteger las zonas no cubiertas con protección solar en crema en la cantidad correcta.
Según el tipo de producto y la zona a proteger tendremos que aplicar una cantidad determinada para una correcta protección solar.
- Tubo airless -normalmente se utilizan para fotoprotectores faciales-: 7 pulsaciones de media para la cara y el cuello de un adulto.
- Crema, gel-crema y gel: 1 dedo de producto para la cara / 2 dedos de producto para cada una de las zonas del resto del cuerpo.
- Sprays: 12 pulverizaciones para cada una de las zonas del cuerpo. En este tipo de presentaciones, hay que tener en cuenta que si se utiliza al aire libre el viento puede llevarse gran parte de producto. Mejor utilizarlo en una zona interior.
- Stick: efectuar 7 pasadas sobre la zona a proteger
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