Tener una mascota es un gran apoyo para la salud mental de muchas personas, ya que su maravillosa compañía siempre será sinónimo de felicidad y calidad de vida. Y qué mejor cuando llega ese animalito especial durante la infancia, porque el vínculo que se crea, definido por el amor y la inocencia, es tan fuerte que está destinado a durar para siempre y dejar huellas profundas en nuestros corazones.
A veces, sin embargo, surgen situaciones adversas en las que la despedida del amigo fiel es inminente. Como le pasó a Nicole y su perra Chloe, pero el destino les tenía reservada una increíble sorpresa.
Nicole Grimes tenía 10 años cuando su abuela le regaló un cachorro al que llamó «Chloe». Todo era feliz, Chloe era una perrita feliz y cariñosa, pero cuatro años después Chloe tuvo que irse de casa por una situación familiar difícil.
Tenía un lazo rosa cuando Nana me lo dio. éramos mejores amigos
El padre de Nicole consiguió un nuevo trabajo telefónico en servicio al cliente, un trabajo que hizo desde su casa en Marianna, Pensilvania. Desafortunadamente, Chloe ladraba mucho y esto ponía en riesgo el trabajo de su padre.
Así que la familia tomó la difícil decisión de encontrar un nuevo hogar para Chloe. Pero al no encontrar ninguno, terminaron llevándola al refugio de animales de la ciudad.
Nicole entendió que deshacerse de Chloe también había sido difícil para sus padres, por lo que enojarse con ella no era una opción, pero no sentirse triste después de perder a la mascota que tanto amaba era inevitable. Pasaron los años y Nicole no dejaba de pensar en Chloe, incluso ella y su madre hablaban de ella con frecuencia.
Siempre pensé en su cumpleaños: el 26 de octubre.
A la edad de 21 años, Nicole formó una familia compuesta por su esposo y su hija de cuatro meses. Los tres viven en Brownsville, Pensilvania, aproximadamente a media hora de donde nació.
Sin embargo, la historia, que parece sacada de un cuento de hadas, comenzó cuando Nicole empezó a pensar en la posibilidad de adoptar un perro cuando su pequeña hija cumpliera un año.
Uno de sus amigos publicó fotos en Facebook de un cachorro mayor que planeaba reubicar. El perrito gris se parecía mucho a su mascota de la infancia.
Simplemente me recordó a mi viejo perro. Así que decidí llevarla.
El nombre del nuevo miembro de la familia también sería Chloe. Sin embargo, esa no sería la única similitud.
Esta Chloe tenía 11 años, que es la edad que habría tenido la encantadora Chloe desde que Nicole era una niña. Las «dos Chloes» actuaron igual, disfrutando de muchos besos y disfrutando de una increíble cantidad de energía.
La única diferencia es que esta Chloe es más pequeña y no tiene dientes.
Entonces Nicole supo en su corazón que era su amada Chloe, ese perro que tuvo que dejar atrás cuando era niña.
El reencuentro entre los inseparables amigos de la infancia fue especialmente emotivo para Nicole porque su abuela, que le dio a Chloe, había muerto tres años antes.
Afortunadamente, los años previos a la reunión fueron buenos para el perro. Chloe pasó la mayor parte de sus siete años separados con una pareja de ancianos. Cuando murieron, se mudó con un vecino que era amigo de Nicole en Facebook.
Realmente tuvo una gran vida. Es una perra muy querida.
La hija pequeña de Chloe y Nicole se ha vuelto muy cercana, lo que debe ser agradable de ver. Y aunque el amigo peludo todavía ladra a veces, afortunadamente ladrar no es un problema esta vez.
Me sentí como si hubiera ganado la lotería. Nunca pensé que la volvería a ver.
¡Te quiero mucho, perrito reunido con su mejor amigo!
