Lesly Ramírez, una joven salvadoreña, fue sentenciada a 50 años de prisión por homicidio agravado tras sufrir una emergencia obstétrica que resultó en un aborto espontáneo. En junio de 2020, a sus 19 años y en las últimas semanas de gestación, experimentó un parto precipitado después de usar una letrina en su hogar, sin saber que estaba en trabajo de parto, y expulsó a la criatura.
Es importante mencionar que Lesly proviene de una familia numerosa que vive en condiciones de pobreza, dedicándose a la agricultura y careciendo de acceso a servicios de agua potable y electricidad. Además, ella solo completó la secundaria y su educación sexual no es la adecuada.
En su declaración, Lesly mencionó que sintió que algo salía de ella, pero en la oscuridad no pudo identificar qué era. Esto la llevó a entrar en pánico. Al ser ingresada en el hospital, recibió tres transfusiones de sangre antes de ser detenida.
La fiscalía presentó evidencias que indicaban que la niña habría nacido viva y luego fallecido. Dos años más tarde, Lesly fue condenada a la pena máxima de 50 años de prisión, al considerar la situación un “homicidio agravado”.
En El Salvador, las emergencias obstétricas y los abortos involuntarios se tipifican como “homicidio agravado”, lo que puede acarrear penas de hasta 50 años, aunque el Código Penal establece sanciones de hasta ocho años por abortar, práctica prohibida en el país.
La Agrupación Ciudadana para la Despenalización del Aborto Terapéutico, Ético y Eugenésico (Acdatee) planea apelar la condena, argumentando que según Morena Herrera, presidenta de la agrupación, la sentencia se fundamenta “en meros prejuicios de género”.
Esta es la primera vez que se aplica la pena máxima (50 años) desde que se prohibió absolutamente el aborto. Estamos planeando solicitar su libertad mediante una apelación, ya que ella es víctima de una sentencia injusta.
