Una de las experiencias más emocionantes que vivimos al crecer es esa euforia que nos invade al comprar sets de platos, vasos, sartenes y todo tipo de artículos para el hogar. Esa «señora» que llevamos dentro espera con ansias este momento.
Aunque a veces no lo parezca, hay un halo de luz hogareña en nosotras que nos anima tanto que deseamos organizar el mejor open house para que amigas y familiares conozcan nuestro dulce hogar, que, aunque modesto, es el lugar más feliz del mundo.
No obstante, la tendencia de «abrir la casa» ha evolucionado en redes sociales, donde circulan versiones temáticas muy creativas. Algunos incluso implementan una especie de baby shower para recibir regalos que ayuden a equipar su nuevo hogar. Si bien una pequeña aportación, como una maceta o un cuadro, sería lo adecuado, el problema surge cuando este gesto se convierte en un requisito innegociable.
Un caso similar ocurrió con el famoso open house de Romina, quien invitó a su amiga Andrea para celebrar la inauguración de su nueva casa. La temática era llevar snacks de colores y bebidas de elección, todo bien hasta ese momento, pero Romina incluyó en la invitación una lista de regalos que «humildemente» ella y su novio José aceptarían.
Romina mencionó que solo contaban con un microondas, una estufa y una licuadora, pero carecían de refrigerador, por lo que solicitaban despensas muy bien surtidas, sets de cocina o, como mínimo, ¡cuatro mil pesos para una renta!
Andrea, sorprendida, no tardó en publicar capturas de la conversación y la peculiar invitación, lo que llevó a Romina a reclamarle por exhibirla. En la discusión, que también fue compartida en Twitter, quedó claro que la anfitriona no veía nada de malo en pedir ayuda para vivir cómodamente. Lo más desafortunado era que Romina seguía insistiendo en que debía recibir un regalo o, en su defecto, dinero.
En la conversación surgieron diferencias pasadas, como que Romina le debía dinero al papá de Andrea y que incluso se había quedado con ropa de ella. Sabemos que por las amigas se hacen muchas cosas, pero ¿realmente se trata de amueblar una casa, es un gesto razonable?