Según lo reportado por CNN Tokio, el gobierno japonés enfrenta una crisis económica debido a una situación que, al menos en México, no se experimentaría: la escasa cantidad de alcohol consumido por los jóvenes.
El medio indica que, a causa de la pandemia de covid-19, los bares y otros lugares de venta de bebidas alcohólicas han sufrido las consecuencias de las restricciones, lo que ha llevado a una caída en las ventas y en los ingresos fiscales generados por estos productos.
Para abordar esta problemática, el gobierno japonés ha lanzado una competencia destinada a descubrir nuevas tácticas que incentiven a los jóvenes a consumir más alcohol. ¡Viva el Sake! es la campaña supervisada por la Agencia Tributaria Nacional, que invita a los participantes a presentar propuestas sobre cómo impulsar la demanda de bebidas alcohólicas entre los jóvenes mediante nuevos servicios, promociones, productos, diseños e incluso técnicas de ventas, utilizando inteligencia artificial.
El concurso admite ideas promocionales para cualquier tipo de bebida alcohólica japonesa, y los finalistas serán invitados a una consulta con expertos en octubre, ya que la competencia culminará en noviembre, en la ciudad de Tokio.
No obstante, esta iniciativa no ha sido bien recibida por todos, y la agencia tributaria ha enfrentado críticas en las redes sociales, donde algunos usuarios han mencionado que alejarse del alcohol es una decisión positiva y que parece una broma que el gobierno quiera motivar a los jóvenes a beber.
Otros han destacado que es inapropiado que una entidad gubernamental fomente el consumo de alcohol entre los jóvenes, señalando que la campaña ignora los riesgos para la salud y la sensibilidad hacia quienes enfrentan problemas de alcoholismo.
A pesar de los conocimiento sobre los riesgos y la promoción constante de evitar los excesos, un informe de 2021 señala que la agencia tributaria consideró que los impuestos sobre las bebidas alcohólicas han sido siempre una fuente importante de ingresos, aunque han disminuido notablemente en la última década.
La recuperación económica del país ha sido más lenta de lo esperado, afectada por la inflación, el impacto económico de la guerra en Ucrania y los persistentes casos de covid-19, que han resultado en restricciones prolongadas.
