Una madre británica pagó un alto precio por la confianza que depositó en una pareja de escoceses que le prometió llevar a su hija de cuatro años a visitar Disney World, en Estados Unidos. Se esperaba que el viaje durara solo un par de semanas, pero la pequeña Susan Preece nunca volvió a casa.
No fue sino hasta hace poco que Susan, ahora de 57 años y bajo el nombre de Susan Gervaise, logró regresar a su lugar de origen en Yorkshire, Inglaterra, donde reside su verdadera familia, tras 53 años de haber sido separada de sus seres queridos.
Despidiéndose de su hija con un beso, la madre confiada estaba emocionada por la oportunidad que tendría su pequeña de conocer lugares tan fascinantes. Por ello, no dudó en entregar a la pareja de viajeros el certificado de nacimiento de la pequeña Susan para que pudieran tramitarle su pasaporte.
No obstante, esta resultó ser la última vez que la vería, ya que la pareja escocesa incluyó el nombre de la niña en su propio pasaporte y, en lugar de llevarla a Disneyland, decidieron quedarse con ella, viajando entre Canadá, Nueva Zelanda y Australia.
Me dijeron que era adoptada, pero nunca le di mucha importancia a eso. Era feliz. Viajé a Canadá, Australia y luego a Nueva Zelanda. No necesitaba un pasaporte para entrar a Nueva Zelanda, pero cuando quise regresar a Australia, lo necesitaba. Lo solicité, pero requería la firma de mi madre o padre. Ahí fue cuando papá me reveló que no fui adoptada, que me habían robado.
Nos resulta increíble pensar que una madre haya confiado tanto en un par de desconocidos, pero Susan cuenta que en aquellos años vivía con sus seis hermanos en una antigua vicaría que servía como hogar para viajeros, aunque ellos no eran viajeros. Dado que su madre tenía que hacerse cargo de ellos sola, a menudo pasaban por temporadas en casas de acogida.
Fue en este lugar donde la pequeña hizo amistad con la pareja de viajeros escoceses, quienes rápidamente se encariñaron con ella y la invitaron a unirse a sus viajes. Además, su madre decidió confiar en ellos al considerar que eran personas bondadosas.
Vivi con la comunidad viajera y disfruté de una vida maravillosa en la que me colmaron de atenciones. Siempre he sido feliz y he viajado por el mundo.
Las personas que secuestraron a Susan ya han fallecido. La supuesta madre murió a causa de esclerosis múltiple cuando Susan tenía diez años, y quien hacía de padre falleció cuando ella contaba con 21 años. Sin embargo, Susan siempre los consideró como sus verdaderos padres, por lo que nunca tuvo intención de buscar a su familia biológica.
Fue solo cuando alguien que también había sido adoptado me preguntó cómo se sentiría mi familia en el Reino Unido que tuve un momento de claridad.
Con la ayuda de su esposo, la mujer publicó un mensaje en un grupo de Facebook de personas del suburbio de Pontefract, donde había sido secuestrada. En tan solo 30 minutos pudieron localizar a la familia biológica de Susan, lo que llevó a ella y su pareja a viajar al Reino Unido. Una vez allí, se organizó una emotiva reunión con cuatro de sus seis hermanos.
La madre de Susan nunca perdió la esperanza, pues continuó buscando a su hija perdida durante muchos años, aunque nunca logró dar con ella. Lamentablemente, la muerte le impidió ser parte de este reencuentro tan esperado por más de 50 años. Sin embargo, a pesar de todo, la familia se alegra de que la búsqueda de Susan finalmente haya llegado a su fin.
Cuando hablé con mi familia, todos estaban llorando de felicidad al saber que estaba viva. Es un desenlace tan feliz. Aún estamos tratando de unir todas las piezas.