Se dice que la realidad supera la ficción y que la ley de Murphy es una constante. Eso lo pudo comprobar una mujer de 45 años oriunda de Suiza, quien fue atropellada en el noreste de su país. Sin embargo, no se trató de un mero atropello, sino que sufrió ¡tres incidentes consecutivos! Además, si esto no pudiera empeorar, su propio vehículo fue el causante del accidente.
Aunque parece increíble, la versión que proporcionó la policía sobre cómo ocurrieron los hechos lo explica todo. Lamentablemente, el incidente se debió a un descuido de la mujer, quien al bajar de su automóvil y dirigirse a la parte trasera para buscar algo en la cajuela, dejó el motor encendido y no activó el freno de mano.
La situación se tornó más peligrosa debido a que el auto estaba estacionado en una leve pendiente. Al no contar con el freno de mano y estar encendido, comenzó a moverse hacia atrás. La mujer intentó detenerlo con sus manos, pero no tuvo éxito; el peso del vehículo fue demasiado y cayó al suelo. En ese instante, el auto la pasó por encima (por primera vez).
Parece que la mujer estaba teniendo un mal día, pero, lamentablemente, esto fue solo el inicio de su pesadilla. Después de pasar sobre ella, el auto continuó su avance hasta chocar con otro vehículo que estaba estacionado, lo cual hizo que el auto de la mujer “rebotara” y se moviera hacia adelante, arrollándola por segunda vez.
Como si fuera un juego de ping-pong, el automóvil volvió a chocar, esta vez contra el borde de la acera, rebotando de nuevo hacia atrás. Y, como era de esperar, el vehículo pasó por encima de la desafortunada mujer por tercera vez.
Finalmente, el auto logró detenerse al impactar con una barrera de madera. A causa del accidente, la mujer sufrió graves lesiones y fue trasladada al hospital, donde su estado de salud es reportado como crítico. La policía está investigando todos los detalles del incidente.
Sin duda, las probabilidades de que ocurran sucesos así son bajas, pero no inexistentes. Actualmente, la mujer está en proceso de recuperación, pues un accidente de tal magnitud no es fácil de superar. Por ahora, solo nos queda aprender de las experiencias ajenas y ser extremadamente cuidadosos y precavidos al abordar y descender de un automóvil.