Las expresiones que afirman que la edad es solo un número y que nunca es tarde para alcanzar nuestros sueños se transforman en realidades cuando conocemos a personas que les dan vida. Este es el caso de una mujer peruana, cuyo amor por la música y su devoción hacia su banda favorita la llevaron a desafiar los prejuicios sobre la vejez, asistiendo a uno de sus conciertos incluso en silla de ruedas.
La protagonista de esta historia es una abuela peruana, conocida como “Mamá Celia”, quien se volvió viral en Twitter. Su nieta, Arilu, compartió un hilo en el que cuenta que su abuela es fan número uno de la banda británica Arctic Monkeys. Para ver a su ídolo Alex Turner de cerca, no dudó en asistir al concierto en su país, a pesar de necesitar una silla de ruedas.
Arilu compartió diversas fotografías y videos mostrando cada momento vivido por su abuelita durante el show de su banda favorita. Además, contó que su abuela lució encantada con una camiseta de la agrupación, ya que su madre se aseguró de que su abuela disfrutara de la experiencia lo más cómoda posible.
En el relato que escribió, Arilu mencionó que acceder al concierto en silla de ruedas fue un reto debido a las dificultades del camino, y que recibió ayuda del personal en el lugar. Una vez dentro, Celia fue ubicada en el área destinada para personas con discapacidad y, según los videos, disfrutó cada canción interpretada por su querido Alex Turner.
Aunque Arilu mencionó que no grabaron mucho del espectáculo, destacó que tanto su madre como su abuelita vivieron momentos increíbles y disfrutaron cada instante. Concluyó el hilo compartiendo una frase que, con sabiduría, dijo Mamá Celia: “el amor por la música no tiene edad”.
La maravillosa experiencia de la abuela Celia en el concierto de los Arctic Monkeys cautivó a miles de usuarios en la reconocida red social. Al cierre de la historia, Arilu añadió algunos videos donde la querida mujer comparte su experiencia tras ver a la banda en vivo y agradece a todos los que les dieron “me gusta” y dejaron comentarios positivos. ¡Deberíamos tener abuelitas eternas!
