A medida que transcurren los días, el proceso del duelo por la pérdida de un ser querido se vuelve más complejo; tal vez por esta razón, Imelda Garza Tuñón, la viuda de Julián Figueroa, decidió abrir su corazón y compartir la dolorosa experiencia que vivió tras la muerte de su esposo.
Según sus relatos, Julián estaba atravesando una profunda depresión, ya que acababa de conmemorar el cumpleaños de su padre, Joan Sebastián, y había pasado varios días sin descansar. Por esta razón, decidió bajarse al cuarto de videojuegos para intentar dormir un poco.
En las redes sociales, la cantante Ime Garza ha recibido múltiples muestras de apoyo tras la muerte de su esposo Julián, aunque también ha enfrentado críticas severas por parte de algunos usuarios que cuestionan su manera de lidiar con el duelo. Ahora ella ha decidido compartir su experiencia en el programa De primera mano sobre lo que ocurrió en aquel trágico día con su pareja.
La realidad es que Julián pasó el domingo con nosotros viendo series, estábamos juntos. Por la tarde, se sentía muy mal porque no había dormido en tres días y estaba muy deprimido por su papá, ya que el 8 (de abril) fue su cumpleaños. Así que, mientras veíamos series alrededor de las 6:00 p.m., me dijo: ‘¿Sabes qué? Voy a ir al cuarto de los videojuegos a intentar dormir un rato’.
Imelda mencionó que le pareció extraño que no regresara a la recámara esa noche, ya que él siempre subía a dormir. Por eso decidió bajar a ver qué sucedía y fue entonces cuando se encontró con la desgarradora realidad.
Fui a tocar la puerta, no obtuve respuesta; abrí y lo vi como si estuviera dormido, estaba en posición de reposo, incluso tenía las piernas cruzadas como acostumbraba. No había nada fuera de lo normal. Solo que, al tocarlo en la pierna para tratar de despertarlo, noté que estaba muy fría. Prendí la luz y vi que su boca estaba morada.
En su desesperación, Imelda comentó que llamó a Marco Chacón para indicarle que iba a contactar a emergencias. No obstante, el esposo de Maribel Guardia intentó guiarla por teléfono, sugiriéndole que verificara si Julián respiraba o tenía pulso. Ella lo hizo, pero también llamó a emergencias.
Aun así, llamé a la ambulancia porque no sabía si era el nerviosismo, estaba temblando, y tal vez por eso no escuchaba su latido. No sabía si en realidad tenía signos vitales o no.
La joven comentó que cuando llegaron los paramédicos, le informaron que, al parecer, Julián ya llevaba varias horas fallecido. Esperamos que pronto toda la familia encuentre resignación y un poco de paz en este duro momento de sus vidas.
