No pudo soportar que sus pequeños no fueran invitados y decidió no asistir a la boda. Recientemente, una captura de pantalla se volvió viral, mostrando una conversación de WhatsApp en la que se invitaba a una persona a una boda, pero ella rechazaba la invitación porque “donde no son bienvenidos sus hijos, ella tampoco”.
Esta anécdota llegó a nuestro conocimiento gracias a la usuaria de Twitter @belenpoisson_, quien consideró interesante conocer la opinión de los internautas sobre la negativa de la invitada. Cuando leyó la invitación digital que incluía la fecha, el lugar y la nota aclaratoria de “NO NIÑOS”, ella rápidamente respondió “no, gracias”.
En la conversación se observa que, al mencionar que “así no podría asistir”, la novia, sorprendida, le preguntó el motivo. La madre, con indignación, respondió de forma contundente que “una como quiera, pero ¡las criaturas!”. A pesar de agradecer el gesto y desear lo mejor a los novios, afirmó que no iría porque “no quería un problema”.
Ante esto, la novia, desconcertada, cuestionó qué era lo que sucedía, y al estilo de “¿Alguien quiere pensar en los niños?”, la mujer reafirmó que si sus hijos no podían asistir, ella tampoco iría. Como se dice popularmente, “el que quiere a la vaca, quiere al becerro”; aunque en este caso solo se trataba de una celebración, para ella eran “las reglas”.
La invitación decía NO NIÑOS, y donde mis hijos no son bienvenidos, pues yo tampoco. Te deseo lo mejor y felicidades por tu boda.
Tras la viralización de esta conversación sin un desenlace claro, muchos usuarios de Twitter emitieron sus opiniones. En algunos retweets, se puede leer que las bodas son eventos dirigidos a adultos y que la madre no debió ofenderse tanto. Otra usuaria sugirió que la respuesta más adecuada de la novia debió haber sido algo como “es MI BODA, no una fiesta infantil”, sin dejar de agradecer el gesto de la invitada.
No obstante, también hubo quienes defendieron a la cuidadosa madre, recordando que “en sus tiempos” se permitía llevar niños, incluso se les ofrecían sillas para que pudieran descansar en caso de cansancio o sueño, sin interrumpir la diversión de sus padres.
Las opiniones pueden estar divididas, pero lo cierto es que este tipo de restricciones se han vuelto comunes. Aunque a algunos les moleste, los novios seguramente tienen sus razones, tal vez para evitar situaciones similares a la de un niño que, por andar corriendo en una fiesta, fue pisado accidentalmente por la quinceañera mientras bailaba.
De cualquier forma, creemos que, sean invitados o no, es responsabilidad de los padres cuidar a los pequeños, y es igualmente respetable que el organizador decida no permitir la presencia de niños como que los padres opten por no asistir.
