En la década de 1950, las campañas publicitarias en Estados Unidos promovían la píldora anticonceptiva como un invento revolucionario que derribaría el tabú de la liberación sexual femenina. Más recientemente, investigadores han centrado sus esfuerzos en desarrollar una opción no hormonal de anticoncepción para hombres.
La duda más recurrente entre la gente, ante esta noticia controvertida, es si la píldora «para él» representará un cambio social significativo, similar al impacto que tuvo la píldora para las mujeres en su momento. Descubre estas nuevas investigaciones dirigidas hacia una vida sexual más igualitaria.
Las investigaciones sobre métodos anticonceptivos masculinos hormonales han estado en marcha durante décadas, con testosterona como componente principal, pero ninguna de estas opciones ha llegado al mercado. Actualmente, el enfoque se dirige hacia una píldora no hormonal.
La motivación detrás de esta búsqueda de anticonceptivos masculinos no hormonales radica en el hecho de que aproximadamente el 20% de la población masculina no responde adecuadamente a la testosterona, que además puede provocar efectos secundarios como aumento de peso y niveles de colesterol bajos.
Según expertos y sus recientes declaraciones sobre «el avance» en la investigación de anticoncepción masculina, se han modificado los componentes de dos anticonceptivos desarrollados por compañías farmacéuticas como Bristol-Myers, con el objetivo de eliminar fallas críticas.
El primer componente resultó ser efectivo, pero no era soluble en agua, lo que imposibilitaba su producción en forma de píldora. Por otro lado, el segundo componente sí se disolvía en agua, pero su funcionalidad dependía de la correcta combinación genética del usuario, lo que implicaba el riesgo de efectos secundarios severos en caso de una combinación genética inadecuada.
Para hacer realidad el sueño de un anticonceptivo masculino, los médicos explican que la píldora debe cumplir ciertas características antes de estar en el mercado: debe ser un anticonceptivo oral, efectivo, no disminuir el deseo sexual y ser seguro incluso si se utiliza durante décadas.
Por ello, los estándares para que esta píldora sea una realidad son altos, pero no imposibles.
La Dra. Gunda I. Georg, doctora por la Universidad de Minnesota, comentó en recientes declaraciones sobre la investigación y las características que se esperan conseguir en esta opción anticonceptiva:
“Es un estándar muy elevado para que la píldora masculina llegue al mercado, pero sería maravilloso ofrecer a las parejas una alternativa segura, ya que algunas mujeres no pueden tomar píldoras anticonceptivas”.
Aunque aún no hay disponibilidad en farmacias de esta opción de control de natalidad para hombres, las declaraciones verifican que los esfuerzos por avanzar hacia una sociedad más equitativa y con mejores oportunidades para hombres y mujeres se están convirtiendo, poco a poco, en una realidad.
Si la píldora masculina llega a materializarse, sin duda tendrá un gran impacto en el movimiento feminista.