Es necesario admitir que la historia que presentamos a continuación parece sacada de un episodio de Los Simpson. Aunque resulte increíble, no es Homero quien, tras haber bebido demasiado, decide cambiar de lugar con su perro y luego lo acusa de manejar borracho; esto realmente sucedió en Springfield.
Parece un chiste, pero créenos, no lo es. El 13 de mayo pasado, las autoridades de Estados Unidos arrestaron a un hombre que conducía bajo los efectos del alcohol y, para evitar una multa, culpó a su mascota. ¿No suena como algo que haría Homero?
Curiosamente, esto realmente ocurrió en una ciudad llamada Springfield, aunque no la de nuestros personajes amarillos favoritos, sino en el estado de Colorado. La policía informó que, el sábado 13 de mayo, uno de sus oficiales detuvo a un hombre por exceso de velocidad y lo vio intentando cambiar de asiento con su perro.
Para este individuo, la opción más lógica era intercambiar lugares con su único compañero de viaje. Tras recorrer 18 metros mientras era perseguido por la policía, le dijo al oficial que él no era el conductor del vehículo.
Por supuesto, al escuchar esto y ver que solo viajaba acompañado de su mascota, el oficial se percató de que el hombre estaba conduciendo en estado de ebriedad. Así que no solo le impuso una multa, sino que también lo llevó al hospital debido a su evidente intoxicación. Tras ser dado de alta, este peculiar hombre fue arrestado.
Y por si les interesa saber qué ocurrió con el perrito que estuvo en esta aventura con su dueño, hay que mencionar que, después de que su humano fue llevado a la cárcel, su leal amigo fue liberado sin enfrentar ningún cargo, salvo el de ser un fiel compañero.