Se dice que las mujeres poseen una mayor inteligencia emocional, lo que les permite reconocer sus propios sentimientos y los de los demás, fomentando así la empatía. Esta habilidad se evidencia cuando logran identificar las razones detrás del llanto de los bebés, lo que les permite atenderles y cuidarlos de manera más efectiva.
Recientemente, un estudio llevado a cabo en la Universidad de Eotvos en Hungría y publicado en la revista Royal Society Open Science, presentó resultados muy interesantes sobre la capacidad humana para interpretar los diferentes gruñidos de un grupo de perros.
Las mujeres interpretaron mejor los gruñidos
Para la realización de este estudio, se reclutó a 40 personas, incluyendo tanto hombres como mujeres, y se utilizaron grabaciones de 18 perros en diversas situaciones, tales como: defender su comida de otros perros, reaccionar ante amenazas o jugar con sus dueños.
Después de escuchar los audios, los participantes identificaron la emoción de cada perro, eligiendo entre miedo, agresividad, desesperación, felicidad o juego. La emoción del juego fue la que se logró identificar mejor, con un 81% de aciertos; la protección de su comida fue reconocida con un 60%, y finalmente, la respuesta ante extraños se identificó en un 50% de los casos.
Pudieron entender diferentes emociones
Los participantes lograron asociar correctamente los contextos con los gruñidos más allá de la casualidad. Además, las mujeres y aquellos que tenían perros obtuvieron mejores calificaciones.
Según Tomas Farago, quien lideró el estudio, el contexto tuvo un efecto significativo en la interpretación de las emociones de los perros.
Los resultados no son definitivos
Cuando un perro se encuentra en una situación de juego o protege su alimento, puede manipular ciertos elementos clave en sus gruñidos, produciendo una expresión agresiva o juguetona de manera exagerada. Los resultados indican que los adultos humanos parecen comprender y responder a esta información acústica durante sus interacciones con los perros.
Aunque el número de participantes fue limitado, y es un poco atrevido afirmar que se trata de conclusiones definitivas, los hallazgos son suficientes para sugerir que las mujeres pueden comprender mejor a los perros que a algunos seres humanos.
