Si ya has intentado la dieta lunar, la mediterránea, los jugos detox, píldoras milagrosas e incluso rutinas de ejercicio al estilo militar y aún no logras alcanzar la figura que tanto anhelas, puede que la causa sea tus hábitos a la hora de dormir.
Según diversas investigaciones, dormir menos de ocho horas y no mantener horarios de sueño regulares contribuyen al sobrepeso y elevan el riesgo de diabetes.
Según Eve Van Cauter, directora del Centro del Sueño y Metabolismo de la Universidad de Chicago, no dormir al menos siete horas diarias puede ocasionar un aumento de hasta un kilo por semana.
La falta de sueño provoca un incremento del apetito, llevando a consumir hasta 300 calorías más al día, lo que en una semana podría resultar en un aumento de peso significativo.
Además, durante el sueño se libera grelina (hormona del hambre); cuando el sueño es interrumpido, esta hormona no se libera completamente, lo que genera una sensación persistente de hambre.
Por otro lado, un estudio de la Universidad de Stanford reveló que las personas que duermen menos de cinco horas cada noche producen niveles más altos de grelina y menos leptina (hormona secretada por las células grasas) en comparación con aquellas que duermen ocho horas.
Esta alteración hormonal resulta en un aumento del apetito, especialmente hacia alimentos ricos en carbohidratos, que intentan compensar la energía no restaurada por la falta de un sueño reparador, apoyando así las conclusiones de la doctora Eve Van Cauter.
No solo el mal dormir provoca un incremento en tu peso, también puede contribuir a largo plazo al desarrollo de enfermedades como Alzheimer, ansiedad, estrés crónico y otros tipos de afecciones.
Así que deja de trasnochar y disfruta de la comodidad de tu cama durante al menos siete horas cada día.