Rica en proteínas, minerales como el hierro o el zinc y con un destacado aporte de vitamina B1, la carne de cerdo se convierte en uno de los principales aliados para nuestra salud e ingrediente fundamental para incluir en cualquier etapa de la vida.
Hasta hace no demasiado tiempo, la carne de cerdo se mantenía en el mismo departamento que la de vacuno u ovino al ser considerada carne roja. No obstante, la Unión Europea se ha referido a ella recientemente como carne blanca por presentar, entre otras cosas, propiedades y características muy similares a las del pollo.
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¿Qué beneficios nos ofrece la carne de cerdo?
Mientras las carnes de vacuno y ovino se ven dominadas por fibras de color rojo, envolviendo toda su estructura muscular, en el caso de la carne de cerdo, esas mismas fibras son de tonalidad blanquecina, por no hablar de que encontramos menos tejido conectivo en su musculatura que en las primeras. Pero, más allá de estas características más visibles, podemos destacar otras muchas que encontramos a nivel nutricional.
A diferencia de lo que sucede con la carne roja, la de cerdo presenta un porcentaje de ácidos grasos saturados mucho más reducida. Has de recordar que para su adecuado funcionamiento, nuestro organismo precisa de un aporte constante de los llamados ácidos grasos esenciales, un tipo de grasas necesarias para sintetizar al resto. En torno al 70% de la grasa se puede eliminar sin mayores complicaciones dado que es subcutánea. ¿Qué supone esto último? Sencillamente que podemos degustar diferentes cortes de carne con un contenido graso muy escaso.
Por otro lado, nos encontramos ante el alimento de origen animal de mayor contenido en vitamina B1, beneficiosa para nuestra salud cardiovascular, así como para metabolizar los carbohidratos y producir energía. Al mismo tiempo, presenta en su composición nutricional importantes dosis de riboflavina y niacina que contribuirán al correcto funcionamiento de nuestro sistema nervioso.
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Igualmente, hemos de destacar la presencia de otras vitaminas como la B6 y la B12 y de minerales como el hierro, zinc, fósforo y potasio, que representan el 1% de su peso.
Tal y como se comentaba en líneas anteriores, la carne de cerdo es ideal para incluir en cualquier etapa de la vida. En el caso de los niños, este alimento les puede ayudar a potenciar su desarrollo cognitivo por su aporte de hierro y contribuir a su metabolismo energético normal por su contenido en vitamina B1.
Por su parte, los adolescentes encontrarán en la carne de cerdo su mejor aliado para recibir el nivel de proteínas que su cuerpo necesita dado que en esta etapa, su organismo se encuentra inmerso en una continua síntesis y cambio proteico. Durante el embarazo es igualmente esencial, porque el aporte de vitamina B12 de la carne de cerdo ayudará al proceso de división celular y a la formación normal de los glóbulos rojos.
Finalmente, en la etapa de la vejez hemos de tomar una serie de medidas preventivas para mejorar la salud de nuestro corazón, algo a lo que contribuye la vitamina B1 de la carne de cerdo. Nada desdeñable tampoco son los beneficios que nos proporciona el potasio, presente en su composición nutricional para regular los niveles de presión arterial.
¿Y tu, incluyes ya la carne de cerdo en tu dieta diaria? Dejanos tus impresiones en los comentarios.