Tener con quien compartir nuestros problemas o frustraciones es bueno para nuestra salud, así lo atestiguan aprender La emoción desencadena el intercambio social de emociones: teoría y verificación empírica.
Las investigaciones demuestran que un compañero de desahogo es un cómplice o confidente con el que podemos desahogar los conflictos que pesan en nuestra vida (problemas amorosos, familiares, de hijos o laborales):
La belleza de un Vent Buddy es que pueden estar allí para escucharnos, pero también para apoyarnos. Esta es una buena oportunidad para practicar y ejemplificar la empatía.
El trabajo explica que para las madres, por ejemplo, es necesario tener a alguien que escuche los problemas cotidianos para reducir la carga mental y emocional:
Puede ser difícil mantenerse al día, cuidar a los niños y tratar de mantenerse saludable. Resulta que tener algunos amigos en los que confíes puede ser increíblemente útil para tu bienestar general.
Los niños también se benefician de la relajación de las madres:
Cuando una madre se siente adecuadamente apoyada y puede aliviar parte de su estrés, ya sea compartiendo en redes sociales u otros métodos, tendrá más energía y paciencia en lo que respecta a la crianza de los hijos.
Otro punto relevante es:
El simple hecho de compartir en las redes sociales cualquier dificultad que genere estrés en una persona puede reducir la magnitud de esta condición.
Otro estudio que respalda esta teoría se publicó en Emotion Review en 2009, que afirma: «La revelación de una situación complicada es un mecanismo de afrontamiento que reduce los niveles de estrés», principalmente cuando hay empatía por la persona que escucha.
